El lobby evangélico es muy poderoso en Brasil. El último censo oficial, realizado en 2010, revela que el 22,2 por ciento de la población se considera evangelista. En particular, la Iglesia Universal del Reino de Dios tiene una fuerte presencia territorial (7000 templos) y poderío económico-mediático. Su obispo Eder Macedo es propietario del multimedios Record que agrupa a diarios, canales de televisión y radios.

Los grupos neopentescostales participan activamente en la política local. La cantidad de diputados confesionales no para de subir desde el retorno de la democracia. En la actualidad, el Frente Parlamentario Evangélico está compuesto por 100 legisladores (alrededor del 20 por ciento de la Cámara Baja). El triunfo electoral de Bolsonaro fortaleció la influencia de esos activos militantes contra los derechos sexuales y reproductivos. El capitán retirado designó a Damares Alves como ministra de la Mujer, Familia y Derechos Humanos. Esa pastora sostuvo que era “terriblemente cristiana” mientras anunciaba una nueva era para Brasil: “los nenes de azul y las nenas de rosa”.

El periodista Dario Pignotti explica que “a través de la prédica de miles de pastores las principales corrientes pentecostales, como la Iglesia Universal del Reino de Dios, orientaron a sus fieles para votar al candidato de ultraderecha contra el "pecaminoso" Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores. Para agradecer ese voto duro participó en la multitudinaria Marcha por Jesús realizada cada año en San Pablo, siendo el primer presidente que toma parte en esa movilización religiosa”.

La influencia del evangelismo en la Argentina es menor pero viene en ascenso. En agosto de 2018, mostraron una fuerte capacidad de movilización cuando se debatía la legalización del aborto en el Congreso .

El oficialismo nacional pretende capturar ese “voto celeste”. Un gesto significativo fue la reunión entre el presidente Macri y Amalia Granata. A la salida de la Quinta de Olivos, la legisladora provincial electa prometió su apoyo porque Macri es “celeste”. En su última visita a Córdoba, el Presidente también se abrazó con el conocido pastor José Sanz. Dirigentes oficialistas confiaron al portal "Letra P" que se “trata de un puntero evangélico de Córdoba que va a armar algunas cositas para nosotros”.

Por su parte, el Ministerio a cargo de Carolina Stanley tejió relaciones (léase entrega de alimentos y subsidios) con entidades evangélicas que manejan comedores, centros de día, pabellones carcelarios. Bajo el paraguas “Celestes por el Cambio”, el macrismo lleva como candidatos a diputados nacionales a dos referentes evangélicos: Dina Rezinovsky (octavo lugar en CABA) y Gabriel Mraida (15 en la Provincia de Buenos Aires).

El investigador Pablo Semán publicó en Revista Crisis "Argentina: Nacional, Popular y pentecostal" que “durante más de treinta años desconfié de quienes predecían que en ‘la próxima elección’ los evangélicos serían importantes. Esta vez creo que será diferente y es probable que al menos un cuarto de los evangélicos se movilice de forma activa y consistente desde su sensibilidad conservadora, a favor de candidaturas propias a la derecha del PRO, o acompañando una posible bolsonarización del propio Mauricio Macri”. En Juntos por el Cambio apuestan por eso. Los grupos antiderechos más fundamentalistas, que rechazan al Pichetto abortista, podrían optar por la fórmula del frente NOS: Juan José Gómez Centurión-Cynthia Hotton.

Mas allá de eso, el presbítero Marcelo Figueroa sostiene que el voto evangélico no es uniforme. Figueroa plantea que “la derecha/conservadora evangélica tiene una agenda política teocrática y que no todos los evangélicos y protestantes estamos representados en estos grupos, ni pensamos igual”. Los próximos meses develaran si la expansión pentecostal tuvo reflejo en las urnas.

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@diegorubinzal