La escultura que rinde homenaje al poeta, escritor e historiador del tango Horacio Ferrer, ubicada frente a la Academia Nacional del Tango, en Avenida de Mayo al 800 –a metros del histórico Café Tortoni–, fue vandalizada ayer y quedó totalmente destruida. Del monumento, una obra del artista escobarense Eduardo Noé, inaugurada el pasado 2 de junio de 2015, sólo quedó la base, con los pies y la plaqueta recordatoria. Horacio Ferrer nació en Uruguay el 2 de junio de 1933 y murió en Buenos Aires en diciembre de 2014, a los 81 años. Algo más duradero que su escultura no podrá destruirse: los versos de “Balada para un loco”, su obra junto a Astor Piazzolla, sus muchos tangos y canciones (más de doscientas), sus libros de poesía e historia del tango.
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