Disminuye la tensión entre Estados Unidos y Dinamarca luego de que Donald Trump confirmara que tuvo una "agradable" conversación telefónica con la primera ministra danesa, Mette Frederiksen. El conflicto surgió luego de que Trump expresara la semana pasada su intención de comprar Groenlandia , una región autónoma perteneciente al Reino de Dinamarca. Frente a la negativa rotunda de Frederiksen, Trump la acusó de hacer comentarios “repugnantes" sobre su oferta y suspendió la visita que tenía pautada al país europeo.
"Es una mujer formidable. Tuvimos una superconversación. Fue muy agradable. Acordamos volver a hablar más adelante. Ella fue quien me llamó, y yo lo aprecié mucho", dijo Trump en declaraciones a la prensa a última hora del viernes. La Casa Blanca describió la conversación como constructiva y precisó que la llamada tuvo lugar el jueves, dos días después de que Trump anunciara en Twitter que había decidido cancelar la visita que iba a hacer el 2 de septiembre a Dinamarca debido a la negativa del Gobierno danés a conversar sobre la venta de Groenlandia. "La conversación fue constructiva. Ambos líderes discutieron, entre otras cosas, la necesidad de desarrollar todavía más la cooperación mutua y gestionar desafíos de la política de seguridad común", indicó una portavoz de Frederiksen, que no precisó quién tomó la iniciativa del contacto.
En declaraciones a los periodistas el miércoles pasado, Trump arremetió contra Frederiksen y dijo que anuló la visita por que la primera ministra danesa calificó de "absurdo" el interés del mandatario estadounidense en comprar Groenlandia. "Me pareció repugnante ese comentario (...). No fue una forma agradable de decirlo. Podría haber dicho simplemente 'no, preferimos no hacerlo'. No está hablando conmigo, está hablando con los Estados Unidos de América", denunció Trump. "No tengo necesidad de entrar en una guerra verbal con nadie", le respondió Frederiksen.
La polémica surgió la semana pasada, cuando medios estadounidenses filtraron el interés de Trump en comprar Groenlandia, isla en la que Estados Unidos posee una base militar. La noticia fue recibida como una broma por la clase política danesa, mientras el Gobierno groenlandés rechazó esa posibilidad. La primera ministra danesa fue contundente: Groenlandia no solo no está en venta, sino que de estarlo no sería a Dinamarca a quien tendría que dirigirse, ya que Groenlandia es un territorio autónomo desde 2009 (salvo a nivel de política monetaria, exterior y de defensa), por lo que cualquier transacción con la isla debería contar, además, con la aprobación de su pueblo.
Trump confirmó el domingo pasado los rumores, al admitir que consideraba "estratégicamente" interesante la idea. Después subrayó que no era el primer presidente estadounidense en pensar en ello, ya que Harry Truman (1945-1953) había ofrecido 100 millones de dólares por la isla una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial.
Groenlandia es una isla ubicada en América del Norte, al noreste de Canadá, cubierta por hielo en un 75 por ciento de su superficie. Tiene 2,1 millones de kilómetros cuadrados y está habitada por unas 56 mil personas. El interés de Trump en este territorio se debe a su importancia geoestratégica en el Ártico y a los recursos naturales que la isla autónoma tiene bajo un hielo que está derritiéndose a velocidad récord.