En el marco de la 14º edición del Proyecto de Extensión Universitaria “Levanta la mano. El derecho a vivenciar el espacio intersubjetivo”, de la Universidad Nacional de Quilmes, más de 500 estudiantes realizarán este jueves y viernes el juego del roles del Modelo de Naciones Unidas. La actividad propone que alumnos de niveles primario, secundario y universitario, de instituciones públicas y privadas del conurbano sur, realicen un intercambio de ideas en función a un eje temático transversal.

Matías Penhos es el director a cargo del proyecto. Junto a un equipo de trabajo conformado por estudiantes, docentes y graduados, realiza desde hace 14 años, de forma voluntaria, el Modelo de Naciones Unidas de la Universidad Nacional de Quilmes (MONUUNQ). Esta actividad propone un juego de roles en el que se escenifica el sistema de relaciones internacionales, dentro del ámbito de la ONU y busca reconocer los espacios políticos como “lugares para generar ciudadanía”, según expresó el director del proyecto.

En la práctica, la escenificación que realizan los estudiantes contempla la estructura, protocolo y funcionamiento real, dentro del sistema de relaciones internacionales. Quienes organizan el proyecto, reconocen la actividad como una forma de “juego”, ya que los jóvenes asumen roles como diplomáticos y debaten sobre diferentes problemáticas.

En esta edición, el debate se pensó desde el eje “prevención criminal y justicia penal”, con el objetivo de “educar en una cultura de legalidad”, sostuvo Penhos. En ese sentido, remarcó la importancia de profundizar en la prevención criminal “sin una perspectiva reduccionista y demagógica”.

Durante el desarrollo de la actividad, los estudiantes de los diferentes niveles se cruzarán en los debates con el fin de fomentar la “sociabilidad entre pares”, expresó el director y detalló que cuando se hace una puesta, desde una perspectiva pedagógica, lo que se intenta es “generar cambios a nivel cultural”.

En ese sentido, aseguró que los jóvenes son las personas “más sensibles” a la hora de modificar y generar prácticas “a contramano de lo que promueve el sistema”, y destacó que esto genera “motivaciones que la educación formal no despierta”, además de poner a los estudiantes en un lugar de “responsabilidad social”.

 

Por último, señaló que, junto a los organismos de Naciones Unidas, buscan brindar las herramientas necesarias para que las generaciones futuras puedan aplicar, mediante la política, el diálogo y el consenso, diferentes formas de resolver problemas y así colaborar de forma activa en sus espacios cotidianos.