El ex sacerdote Domingo Pacheco fue condenado a 13 años de prisión por el delito de abusos sexuales reiterados contra un menor de edad en una comunidad religiosa de la localidad de Esquina. Según dispuso el Tribunal Oral Penal de la ciudad correntina de Goya que dictó el fallo, el ex cura no será detenido hasta que la sentencia quede firme.

Los jueces Darío Ortíz, Lucio López Lecube y Carlos Balestra encontraron culpable a Pacheco del “abuso sexual con acceso carnal, doblemente agravado en la modalidad de delito continuado”, consigna el fallo. La sentencia, dictada tras un debate que se inició el lunes último, fue conocida en la ciudad de Goya, cuyo tribunal cuenta con jurisdicción sobre la localidad de Esquina, donde ocurrieron los hechos denunciados por Osvaldo Néstor Ramírez.

En su sentencia, los magistrados indicaron que el ex religioso deberá cumplir la prisión en la cárcel penitenciara de la capital correntina, distante a 320 kilómetros del lugar donde ocurrieron los hechos. Por su parte, la abogada querellante, Verónica Vergez, indicó que la decisión del Tribunal es que el ex sacerdote permanezca en libertad hasta que quede firme el fallo.  

El lunes 6 de marzo serán leídos los fundamentos de la sentencia y a partir de allí las partes tienen 10 días para hacer sus apelaciones. Se espera que la defensa del religioso, encabezada por Juan Felipe Rajoy, intente impugnar la condena, mientras que la abogada querellante anticipó que pretende revertir la libertad de Pacheco. 

“Ramírez está conforme y perfectamente al tanto que ésta es una segunda etapa, que aún falta camino por recorrer hasta que Pacheco esté privado de su libertad”, señaló la abogada.  

Se trata del segundo juicio que afronta el ex sacerdote de la capilla San Antonio de la ciudad de Esquina, quien había sido denunciado en octubre de 2010 por Ramírez, que formaba parte del coro de la capilla San Antonio, en Esquina, donde Pacheco oficiaba misas. Al momento de la denuncia, el chico rondaba los 20  años, y contó que era abusado por el párroco desde hacía al menos cinco. Pocos días después, con el sacerdote bajo prisión preventiva, un joven de 19 años, también integrante del coro de la parroquia, acusó a Pacheco de haber abusado también de él, pero esa denuncia no prosperó. 

La denuncia que llegó a juicio era por abuso sexual con acceso carnal. Ramírez denunció que el primero de los abusos se perpetró en 2006, cuando Pacheco lo hizo subir a su habitación, mientras trabajaban en un proyecto llamado “Biblia Abierta”; una vez allí, narró el joven, el cura echó llave a la puerta, apagó la luz y lo violó. Desde entonces, los abusos continuaron. El joven explicó que había callado durante años porque el cura “venía a casa, cenaba con nosotros, para mis padres era uno más de la familia”. “Me decía ‘a vos quién te va a creer si sos un loquito y yo soy un cura’. Me amenazaba siempre”, había contado entonces el denunciante.  

La causa derivó en la detención del cura en 2011 y fue elevada a juicio en 2013. En noviembre de ese mismo año, el obispado de Goya, a cargo de Ricardo Faifer, aportó el título de propiedad de una camioneta del organismo para cubrir una fianza de 50 mil pesos, de modo que el cura permaneciera en libertad mientras se sustanciaba el proceso. “Lo hice en ayuda de un hermano”, dijo entonces Faifer, quien detalló que había decidido ayudarlo para “que pueda esperar con serenidad estos días y se prepare para el juicio”. Al mes siguiente, el Tribunal Oral Penal integrado por José Luis Acosta, Romelio Amílcar Díaz Colodrero y Carlos Guilliard, dictó un fallo absolutorio que fue apelado por la querella y la fiscalía. 

Tres años después, el Superior Tribunal de Justicia de Corrientes (STJ) entendió que el tribunal, que había absuelto al cura alegando “duda razonable”, había dictado un fallo “arbitrario”. La sentencia “estuvo plagada de descalificaciones personales hacia la víctima, su hermano y los profesionales médicos intervinientes, tomando posición adelantada en relación a la víctima, esbozando preconceptos sobre esta y en forma general sobre la labor médica de quienes asisten a víctimas en estos casos”, detalló el máximo tribunal correntino en un comunicado oficial. El texto advertía, además, que los jueces no habían hecho “un análisis que se correspondiera con una visión integral de las probanzas”.

Asimismo, el STJ ordenó la realización de un nuevo juicio, que se inició el lunes último, en el que se integraron nuevas pruebas y por el que pasaron 20 testigos.