Detrás de cada una de las contribuciones, hay una historia. Y, a partir de hoy, queremos darle un nuevo espacio a las voces más activas y respetadas dentro de la comunidad de Página/12.
Para inaugurar esta sección, nos pusimos en contacto con Paula_T, "lectora y fiel compañera de Página/12 desde el primer número", y esto fue lo que nos contó: 

Su historia con Página/12:
El Página me sedujo a primera vista con la gráfica moderna y los titulares ingeniosos, pero enseguida pasé del flechazo al respeto y a la valoración periodística reposada, por los análisis profundos, la buena escritura, la perspectiva comprometida y la ética editorial. Y todo esto no un año, ni diez, sino algo que logró Página ¡durante más de tres décadas, sin traicionarse a sí mismo ni a los lectores! 


Minibio:
Soy argentina y española, psicoanalista y traductora. Investigo en temas de género y educación crítica, y doy clases de posgrado en la universidad pública, antes en la de acá y ahora en la de allá. Tengo cuatro hijxs, de 32 a 17 años, y un compañero que comparte militancias, alegrías y malasangres cada vez que abrimos el diario, porque la tele ya no la miramos más. En la sobremesa de nuestra casa es común que nos quedemos dialogando sobre las notas que a cada uno más lo han interpelado. Soy pacifista, activista, voluntaria, y milito el optimismo creativo y propositivo. Algunas cosas me enardecen, como la guerra, la explotación, la mentira y la injusticia. Otras cosas me llenan de vitalidad y esperanza, como los jóvenes, la solidaridad, los proyectos y la resistencia. 


Sus lecturas favoritas:
Todas las secciones de Página/12 tienen algo. Soy muy ecléctica y leo el diario de punta a punta, aunque sea diagonalmente. Me pareció un acierto la suscripción online. Lo dije una vez: los otros diarios tienen lectores; Página tiene interlocutores. Y tiene columnistas que espabilan, provocan, iluminan. Un lujo de gente para invitar a nuestras cabezas.


Ser parte de la comunidad
En contra de mis pronósticos, la comunidad de P/12 resultó ser un bonus track inesperado. Se convirtió en un espacio de reflexiones, humor y propuestas, a veces igual o más nutrido que las propias notas. Por razones ideológicas y por mi falta de tiempo, reconozco que no uso las redes sociales. Sin embargo, cuando alguna nota de Página me provoca reflexiones y me parece que estas pueden sumar, posteo algo y leo con interés los aportes de los otros socios. Es mi único entorno de intercambio virtual. Algunas de las voces que leo a menudo han adquirido una presencia o una identidad, como la de los periodistas, en relación con mi forma de experimentar el diario. 
Además, he visto en el Media Party las reglas de juego que establecieron los diseñadores de la comunidad y me parecieron excelentes, porque minimizan todo eso que rechazo en los posteos de otros medios y maximizan lo positivo del intercambio. Aunque hay cabida para la catarsis, siempre está moderada por reflexiones de altura y perspectivas interesantes. Las notas terminan siendo una polifonía. Así como lo entiendo, suscribirme es mucho más que pagar por un producto: es respaldar una prensa necesaria y creadora de valor, en estos tiempos que son un eclipse de las democracias y un capítulo sombrío para los medios globales. No sé si un buen diario nace en respuesta a la demanda de un público, o si el buen público surge en respuesta a un gran diario. Digamos que marchamos juntos. Donde estén ustedes, nosotros vamos a acompañarlos. Y cuando parezca que se están por perder, les vamos a recordar por dónde era el camino.
Gracias por hacer de la lectura del diario una ceremonia siempre fresca y estimulante.
Paula_T

Algunas de sus contribuciones más respetadas: 
Elisa Carrió: "Me importa un bledo Pérez Esquivel, está senil"  (27 respetados)
Es insultante el rol que Cambiemos les da a sus mujeres, en el sentido más performático del término. Y no es menos insultante que ellas lo acepten.
A Mariu la mandan a actuar el papel de la Virgen Santa Que Derrama Lágrimas de Cocodrilo; a Michetti la hacen decir ñoñeces que estimulan el "sentido común" de la estupidez; a Pato la tienen como porrista de la Asociación del Rifle local para exacerbar la demanda de violencia estatal y represión; a Laurita la tienen de fan enamorada del Presi, incapaz de ver sus errores; a Juliana Awada la usan de florero chic para las fotos de las revistas, y a Lilita la mandan a hacer de bórder sin filtro en programas políticos inspirados en Lía Salgado.
Una manipuladora, una zonza, una fascista violenta, una ciega adoradora del Presidente, una esposa decorativa y una fabuladora desbocada.
¿De verdad, Cambiemos? ¿De verdad, chicas? ¿A ninguna le da cosita no ser convocada para representar un papel más digno y sustantivo en el reparto de poder de esta derecha berreta y subdesarrollada?
Ustedes les hacen dar vergüenza ajena a las mujeres que piensan, que trabajan en serio y que tienen piné para gobernar con ética, credenciales reales y responsabilidad.

NOVARESIO LE RESPONDE A TORCHIA   (24 respetados)
Al margen de la nota de Torchia, de la cual no voy a opinar acá, creo que Novaresio confunde "censura previa" con "selección de contenidos" que es otra cosa diferente. 
Censura previa es cuando se invita a alguien y se le prohíbe hablar de ciertos temas. "Te queremos en el programa pero no podés referirte a esto, o cuando estés al aire, no podés decir tal opinión sobre tal cosa". 
Selección de contenidos es la línea editorial de los productores que deciden a quiénes dar visibilidad, qué personajes públicos forman el menú "de la casa", y cuáles quedan fuera de la carta, por así decirlo. Porque, obviamente, es imposible llevar a toda la gente a un programa, y a la hora de elegir prevalecen "criterios" (agendas). 
Novaresio podrá no ser culpable de "censura previa", pero en cualquier caso, si es productor, es responsable de la oferta mediática que pone al aire su programa. Él le dio micrófono a Granata para que hiciera de Granata, le dio espacio a Gómez Centurión sabiendo cómo pensaba y quién era, y a todos los demás que desfilan por su programa, unas posiciones claramente con más espacio que otras.
A menos que se invite a desconocidos, cuando se decide a qué personas abrirles el micrófono, ya se sabe casi siempre qué posición van a enunciar sobre las cosas, porque son personajes públicos. Es más: cabe pensar que se los invita a un panel precisamente en virtud de sus opiniones públicas o predecibles. 
Y acá Novaresio comete una falacia. Se apoya en la premisa de que "no hace censura previa" y con eso cree demostrar que es "objetivo", "imparcial" o ingenuo como selector de invitados o como responsable de una línea editorial. La objetividad periodística, académica, intelectual, no existe. Pero lo peor de todo es cuando la línea editorial (que sí existe) pretende negarse o disimularse. Eso es no asumir dónde uno está parado, no asumir sus intereses y posiciones, la agenda que uno quiere promover o instalar con la selección editorial que lleva a cabo. Si treinta años de profesión no le enseñaron a asumirse (al menos como periodista, lo otro es su vida privada), este muchacho necesita un mejor análisis. Mucho menos tiempo le ha llevado a la gente sacarle la ficha (como periodista, lo otro es su vida privada).

"¿Transición? ¡Minga!", gritó Alfredo de Angeli  (respetados 14)
Ah me encanta ver cómo el mensaje por la "decencia" y la educación proba "de los hijos que uno le da a la patria" lo cacarea un invento político como este hombre, que además de soltar un "¡Minga!" amenazador ante la inminente entrega del mando, se hizo conocido y mediático --no lo olvidemos-- durante el lockout del campo.
Su gran mérito cívico, sus antecedentes y sus laureles que "enorgullecen" al país fueron, simplemente, insultar ante las cámaras de TN y Canal 13, con una total violencia de género, a la mandataria electa, que además de ser mujer encarnaba en ese momento la investidura presidencial del país. Es decir, una doble falta de respeto festejada y replicada hasta el hartazgo por los medios basura.
El hombre que consiguió un lugar en la política a puros codazos de vulgaridad, chupamedismo y violencia verbal hoy nos da lecciones de probidad y nos instruye sobre valores.
¿Qué decís, Discépolo? ¿Te cabe este palurdo para escribirte un nuevo Cambalache SigloXXI?