Calles peligrosas

Martin Scorsese

1973

Antes de comenzar su colaboración con Marty, De Niro pasó una extensa temporada bajo las órdenes de Brian de Palma, pero la participación del actor neoyorquino en Calles peligrosas inició una de esas simbiosis cinematográficas que marcan toda una carrera. Johnny Boy (De Niro) es uno de los tres chicos de Little Italy que intentan abrirse camino en el submundo criminal del barrio. El protagonista, sin embargo, es Charly, un Harvey Keitel acomplejado por la culpa, los ritos familiares y la presión religiosa, un combo scorsesiano que terminó cuajando aquí de manera indeleble, actualizando varias de las reglas de juego del cine gangsteril clásico y dándole forma a una poética propia, inconfundible. La banda de sonido define una estética sonora que el cineasta no abandonaría nunca en sus películas criminales. “En nuestro vecindario uno oía rock and roll sonando en los pequeños bares, en la parte de atrás de los edificios de inquilinatos”, afirma el cineasta en el libro Scorsese on Scorsese, respecto del uso de la música en esta película. “Así que ‘Be My Baby’, de The Ronettes, era el tema cuando la cabeza de Charly toca la almohada. Para mí, la película entera era ‘Jumping Jack Flash’ y ‘Be My Baby’”

El padrino Parte II 

Francis Ford Coppola

1974

Vito Corleone tuvo infancia, adolescencia y juventud y Robert De Niro fue el encargado de insuflarle vida. La segunda parte de la saga mafiosa, película quintaesencial de la renovación del Hollywood de los años 70 (cuya duración es curiosamente cercana a la de El irlandés), encuentra a Bob colaborando por primera y única vez con Coppola. En una entrevista conjunta con De Niro y Al Pacino publicada recientemente en The New York Times, a propósito del estreno del nuevo film de Scorsese, ambos confirmaron que el primer encuentro fue varios años antes, en algún momento de los años 60 y en algún tramo de la 14th Street de Manhattan. “Compararon curriculums, se midieron mutuamente y cada uno de ellos siguió su camino pensando en qué le deparaba el futuro, tanto a él mismo como a aquella persona que acababa de conocer”, escribe allí el periodista Dave Itzkoff. Pacino y De Diro nunca compartieron encuadre en El padrino Parte II (el primero es, desde luego, hijo del segundo en la ficción, y el rol maduro de Don Vito fue interpretado por Marlon Brando en la primera entrega), pero una foto promocional los muestra juntos por primera vez. Deberían transcurrir otros veinte años para que, finalmente, las dos potencias chocaran y se sacaran chispas en pantalla.

Fuego contra fuego

Michael Mann

1995

La obra maestra de Michael Mann, otra saga criminal de duración extendida que mejora con el correr de los años, reunió finalmente a las dos superestrellas, aunque la escena en cuestión se hace desear y sólo llega luego de noventa minutos de intensa persecución del detective Vincent Hanna (Pacino), tras los pasos del ladrón de bancos Neil McCauley (De Niro). La leyenda cinéfila, tan difícil de matar como aquella que afirma que Disney está congelado, afirma que nunca se cruzaron en el set y que el diálogo fue rodado por separado y reunido en montaje mediante el clásico uso del plano/contraplano. La realidad fue menos misteriosa: Bob y Al compartieron set y pudieron mirarse y medirse en plena posesión de su roles bajo la dirección de Mann. Los rumores de una posible secuela de Heat, ya sin ellos (la historia describiría sus años mozos, con otros actores), fueron confirmados recientemente por el realizador. La Academia de Hollywood reunió a los tres en 2016, como parte de las celebraciones por el 20 aniversario de la película. Allí, frente a un nutrido público, Pacino confesó que llegaron a filmar la famosa escena del diner sin ensayos previos. “No lo necesitábamos. Además, comenzamos a rodar la escena a la una de la mañana”, detalló De Niro, antes de increpar a Mann con un “Nos querías agotados”.