Venecia es una ciudad increíblemente frágil y las graves inundaciones de estos días son solo uno de los peligros que la afectan, pues también el tráfico de los grandes cruceros y el impacto del turismo ponen en riesgo el complejo "bosque" de pilares de madera que la sostienen. Palacios, iglesias y puentes se asientan sobre "palos de madera insertos en el barro, bajo el nivel del agua, colocados a mano a lo largo de la historia", explicó el profesor de arquitectura en la Universidad IUAV de Venecia Franco Mancuso.

Encima de estos pilares se construyeron después los fundamentos de los edificios en ladrillo y piedra, y es en esa parte superficial donde se aprecian los efectos "terribles" del "acqua alta" que esta semana ha inundado la ciudad, al dejar la sal dentro de la piedra y deteriorarla, señaló Mancuso.

El experto en restauración dijo que esta estructura original se puede calificar de "milagro", al haber resistido durante siglos, y alaba la "gran inteligencia" de los venecianos que idearon este sistema, pero actualmente incluso este "milagro" está en peligro. El paso de cruceros por el Gran Canal y otras vías de la ciudad provoca un "gran desplazamiento de agua" que termina por corromper los cimientos de la localidad, un movimiento que se traslada también a los canales menores y hace peligrar los históricos edificios que se asientan sobre los pilotes.

Además, aseguró Mancuso, "los grandes barcos tocan el fondo del canal", provocando que se levanten los sedimentos asentados en el lecho marino y ensuciando el agua de los canales, que se vuelve negra.