La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner habló esta tarde en Quilmes, adonde concurrió para la jura como intendenta de Mayra Mendoza. Reivindicó el trabajo territorial, fustigó a políticos y medios por las causas en su contra y expresó que “la sociedad tuvo más convicciones que muchos dirigentes".

La ex mandataria comenzó diciendo que tiene “mucha esperanza” en Mendoza y recordó un acto de la campaña de 2017, cuando visitó un comedor en Quilmes mientras soñaban que la dirigente de La Cámpora pudiera ser intendenta. Participaron del encuentro, entre otros, Máximo Kirchner, titular del bloque de diputados nacionales del Frente de Todos, y el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi.

Cristina recordó que “desde el 9 de diciembre de 2015 fueron años difíciles" y que “ayer se vio cuánto han mentido dirigentes y medios" que monocordemente criticaron el frustrado traspaso del mando hace cuatro años. “Decían que yo no había querido entregar la banda y el bastón y nunca inventamos nada”. Denunció, además, que hubo "una persecución cruel contra mí y mi familia”.

Más adelante se refirió a una de las causas que impulsó “una diputada, una denunciadora serial”, en alusión a Elisa Carrió. “Dijo que mi madre tuvo una causa por estafa, mi madre, que estuvo 30 años de dirigente sindical sin tomarse licencia gremial y vivió toda la vida en la misma casa, que sólo cobraba su jubilación y la pensión de mi padre”. Recordó que la denuncia se archivó hace pocas horas “por inexistencia de delito”. Aquella causa había generado una carta de CFK en sus redes en 2016. “Mi madre se murió sin saber todo esto, acusada de un delito que no había cometido”.

Para la flamante vicepresidenta, “hoy es un día de alegría” y agradeció a quienes “siempre creyeron”. Volvió a referirse a la plaza del 9 de diciembre de 2015, de donde surgió el canto “Vamos a volver”, que se convertiría, dijo, en “un código de identificación”, dado que “no era que volviera un partido o una facción, sino un país con derechos, donde comer no fuera un privilegio”. 

En otro tramo de su intervención afirmó que había dirigentes que no estaban muy convencidos acerca de los alcances de la consigna pero que “no había lugar" en el cual se cantara sin que "muchos se prendían”. Por eso subrayó que “la sociedad tuvo más convicciones que muchos dirigentes, y yo lo agradezco”.

La actual vicepresidenta, por último, recordó que el 27 de diciembre de 2017, tras la sanción del presupuesto, al que Unidad Ciudadana se opuso, y que "los cuatro grandes del buen humor”, Marcos Peña, Nicolás Dujovne, Federico Sturzenegger y Luis Caputo, modificaron 24 horas después, le dijo a Ferraresi que trabajaría para que el 10 de diciembre de 2019 "hubiera otro argentino o argentina en la Casa Rosada”.

Finalmente, agradeció “el amor" recibido, al que definió como “una coraza, mi escudo durante estos años tan duros”. "El amor nos va a ayudar”, concluyó.