Una de las obras reclamadas desde Salta comenzará a concretarse a partir de julio cuando se inicie la obra de pavimentación de los primeros 18 kilómetros que unirán San Antonio de los Cobres con Mina La Poma.

La información fue brindada por el administrador general de Vialidad Nacional, Gustavo Arrieta, al gobernador Gustavo Sáenz. Si bien no se detallaron los montos ni plazos previstos para esta etapa, sí se supo que la obra está en el marco del compromiso federal, firmado entre Provincia y Nación, en enero pasado, y que los fondos que la financiarán son nacionales.

Las siguientes etapas serán desde Mina La Poma hasta Alto Chorrillo y desde allí a Campo Amarillo, lo que completará 54 kilómetros de extensión. De esta manera se potenciará el Paso de Sico como una salida apta para que la producción salteña pueda exportarse a través del Pacífico vía Chile y también contribuirá al intercambio turístico.

Entre las ventajas que tiene este paso fronterizo se encuentran la menor extensión con respecto al paso jujeño de Jama, menos sinuosidad en el camino y un aduana conjunta en la frontera que mediante un control unificado entre argentinos y chilenos acelera los trámites migratorios. 

Déficit vial 

Las rutas nacionales que atraviesan Salta históricamente no fueron de las mejores, y se caracterizan por contar con una infraestructura básica en el mejor de los casos. E inclusive con períodos como el de la última gestión presidencial macrista en los que las inversiones fueron prácticamente nula.

Ahora comenzará a saldarse el viejo anhelo de la ruta 51 por la salida que significa al mar, pero persisten los reclamos por las mejoras de por lo menos tres rutas más. 

Quizás la más emblemática sea la ruta 9/34, la de ingreso a Salta, que es conocida como la ruta de la muerte, porque prácticamente no pasa mes sin que haya un accidente con víctimas fatales.

Ni siquiera la muerte de 43 gendarmes tras el vuelco de un colectivo que los transportaba, se sospecha que causado por el mal estado del pavimento, motivó que se activen los proyectos de una autopista de por lo manos dos carriles por mano.

Queda en el recuerdo el uso que se hizo desde la Nación en 2016 de los reclamos de los vecinos de Metán y General Güemes, que se oponían a una nueva traza de esa ruta que se aleje de esas ciudades, para no hacer una obra que supuestamente tenía presupuesto durante el macrismo.

Otra obra vial reclamada es la pavimentación de la mítica ruta nacional 40 que atraviesa de norte a sur el país y cuyo tramo entre San Carlos y Cachi sea quizás de los peores mantenidos entre los casi 5.200 kilómetros que totaliza esa carretera.

Vital para el turismo porque une el circuito del Valle Calchaquí, es una ruta que durante la época de lluvia en el verano se vuelve casi intransitable. Este martes un turista se desbarrancó con su auto por la cornisa en un tramo cercano a Cachi y falleció.

Por otro lado, entre los vecinos del Valle de Lerma el pedido de mejora de la ruta nacional 68 ya está próxima a cumplir mas de tres décadas. Cada vez es más intenso el tránsito que tiene en virtud de que atraviesa varias ciudades, pero como también es importante para la producción agraria de la zona, se suma el tráfico de tractores y camiones. También es clave para el turismo, ya que desemboca en Cafayate y en la ruta 33 que lleva a Cachi.

Sin embargo, el principal reclamo es por las constantes inundaciones del camino entre noviembre y marzo, producto de las intensas lluvias veraniegas, que convierten esta ruta en un verdadero río. 

Ya fueron varios los anuncios de mejoras, incluso existen dos proyectos, uno nacional y el otro provincial, para realizar un tramo de unos 25 kilómetros de autopista, que además contiene obras secundarias para evitar las inundaciones principalmente en Cerrillos y la Merced. Sin embargo, nunca llegaron a prosperar y Vialidad Nacional se limita a mantenerla en lo básico.