Lorena Benítez suele repartir el juego en el mediocampo de Boca, el puntero del campeonato de Primera División del fútbol femenino; sin embargo, por estos días de pandemia y cuarentena, está en un reparto mucho más importante: el de frutas y verduras desde el Mercado Central para que "cada familia tenga para comer".

Benítez, integrante del seleccionado argentino, y su esposa, Verónica Rivero, arrancan a las 6 de la mañana en su depósito y durante nueve horas trabajan en el reparto mayorista de frutas y verduras. "Sabemos que corremos riesgos al estar en la calle pero no podemos parar, porque atrás hay familias que también tienen que comer. Tenemos la responsabilidad de que cada familia tenga comida", explica Lorena.

En su casa, al cuidado de sus suegros, quedan los mellizos Renata Isabella y Austin Ezequiel, que el 6 de mayo cumplirán un año. "El invierno pasado decidimos cerrar la venta al público y quedarnos con el reparto mayorista para poder disfrutar más de los nenes porque cuando nacieron no pudimos. Antes entrábamos al Mercado a las 2 de la mañana", retrata Benítez en diálogo con Télam.

Si bien en el depósito de Lorena y Verónica no hay atención al público, tienen "siete empleados que dependen de nosotras y cada uno tiene una familia. Así que no podemos dejar de trabajar. Cuando llevamos la mercadería a los comedores, sobre todo, nos sentimos felices".


Algunos precios aumentaron, otros se mantuvieron, pero el consumo bajó y también la cantidad de puestos abiertos en el Mercado Central. "Muchas son personas mayores de 65 años, entonces no pueden venir a laburar", por ejemplo, el fletero que trabajaba en el reparto con ellas y que ahora se encuentra en cuarentena por ser población de riesgo.

Por la calle y en el auto se cuidan como pueden, andan con barbijos y alcohol en gel. Cuando llegan a su hogar, la volante central de Boca -que también juega al futsal en Pacífico- y su compañera se sacan la ropa, la ponen a lavar, se bañan y aprovechan para disfrutar de sus bebés. "Al no tener que ir a las prácticas, tengo más tiempo para estar con ellos", explicó Benítez, de 21 años, quien de todas formas se entrena cada día vía internet.

Cuando se suspendió la actividad por el coronavirus, Boca se encontraba puntero en la Zona Clasificatoria del torneo de AFA, el primero desde la semi profesionalización del fútbol femenino. En la Fase Campeonato, el objetivo de las Xeneizes es ganar el título que en la temporada anterior fue para la UAI Urquiza y jugar la Copa Libertadores.

Benítez durante el Mundial de Francia. (Crédito: Santiago Abdala)

"Lo que cambió este año es la visibilización que tenemos, con la televisación y con la difusión que muchos medios le dan al fútbol femenino. En el club cambió el sueldo, porque nos hicieron contratos 'profesionales'. Se triplicó lo que estábamos ganando, no es nada tampoco, pero es una diferencia", confió Benítez, una de las futbolistas que jugaron el Mundial de Francia 2019 con el seleccionado argentino y que también integra la selección de futsal.

"Desde que estoy en Boca no nos hicieron faltar nada. Tenemos obra social, nutricionista, psicóloga, en ese sentido mucho no varió desde la profesionalización", agrega Lorena, que de chiquita se hacía llamar Lorenzo para que pensaran que era varón y la aceptaran en los entrenamientos del Club Defensores de Luis Guillón.

Ahora, el fútbol quedó a un lado. Boca cerró sus puertas y paró todas sus actividades por la pandemia. En estos días, por donde pasaba el futsal de la AFA, hay cientos de camas preparadas para recibir pacientes con coronavirus. "Lo vi, yo entrené en esa cancha varias veces. Sin dudas que me da orgullo que nazca algo así tan lindo desde la AFA", remarcó Benítez, de buena relación con Claudio Tapia, presidente de la AFA.

"Veía posible que Chiqui Tapia hiciera algo así, con Vero (Verónica Rivero, titular de la Comisión de Futsal Femenino) tenemos buena relación con él. Es un hombre increíble, con errores, como todos, pero aprecio que nos apoye a las selecciones masculina y femenino por igual, en futsal o en cancha de 11", concluyó la jugadora, cuya solidaridad trasciende los límites de las canchas de fútbol.