El diagnóstico que hacen en la provincia de Buenos Aires es que las restricciones tomadas desde el 1° de julio lograron disminuir la circulación general en un 13 por ciento y la del transporte público, específicamente, en un 30 por ciento. Esto frenó la aceleración de los contagios. “Los resultados demoraron en hacerse visibles porque todavía estamos sufriendo el coletazo de los contagios de finales de junio. Por eso también se llegó a un piso de casos elevado, por encima de la barrera de los dos mil diarios. Pero cuando analizamos la velocidad, lo que se ve es que hubo un desaceleramiento, que la curva bajó. Y con esto, en el conurbano los tiempos de duplicación del número de afectados por covid se alargaron, señaló a PáginaI12 Enio García. El jefe de asesores del ministerio de Salud bonaerense fue uno de los encargados de preparar un informe para Axel Kicillof, con el que el gobernador encaró la reunión con Horacio Rodríguez Larreta.

El dato fundamental sigue siendo el de la ocupación de camas, señaló el consultado. “Es uno de los principales factores porque en la medida en que el sistema de salud de abasto, vamos garantizar la atención de todos los que lo necesiten y evitar muertes. En la provincia, la tasa de letalidad, es decir el porcentaje de muertos sobre infectados, es del 1,7 por ciento, un dato espectacular que hoy se da porque la población que se está enfermando es la de adultos jóvenes. Los adultos mayores están bastante resguardados. Por otro lado, hay que saber que esto también sucede porque el sistema de salud, al no estar colapsado, puede dar una buena atención a los casos graves. Las personas que entran a terapia intensiva tienen su cama y reciben un tratamiento adecuado. Eso hace que la mortalidad disminuya”.

¿Puede discriminarse qué tipo de circulación hay que mantener restringida y cuál puede flexibilizarse? García dijo que ese desglose no está claro. “Es el análisis que estamos haciendo ahora, y del que todavía no tenemos conclusiones. Uno de los asesores del ministerio de Salud lo explica con una imagen muy gráfica: al implementar una cuarentena estricta, lo que hacemos es poner en off todos los botones. Se baja la circulación de la gente y por lo tanto la circulación viral. Lo que estamos analizando es cuáles de esos botones son los más efectivos para no tener que apretar todos a la vez. Esto tiene su dificultad; por ejemplo, sabemos que el transporte público es decisivo en la transmisión del virus. Ahora, si se habilita una actividad económica y no se habilita el uso del transporte público, es como no habilitar la actividad. Por eso el gobernador insiste en trabajar con los comercios de cercanía, que evitan el uso del transporte público”.

El jefe de asesores de Salud aseguró que los protocolos de seguridad aplicados en la industria vienen mostrando buenos resultados. “En este caso la actividad en las plantas fue habilitada bajo la condición de que las empresas se hicieran cargo con vehículos propios del transporte de sus trabajadores, y lo que estamos constatando es que los contagios se mantuvieron bajos. La industria no se paralizó el 1° de julio, siguió funcionando. Hay que recordar que no sólo el transporte se está realizando con vehículos específicos, sino que las personas están trabajando con espacios mayores entre sí, y cumpliendo otras medidas que, al parecer, evitaron el aumento de los contagios . Eso nos da la tranquilidad de que pueden seguir funcionando. Lo mismo pensamos para los comercios de cercanía: en la medida en que atiendan puertas afuera, los contagios no aumentan. La cosa va un poco por ahí: en buscar una apertura con responsabilidad y controles, para evitar el colapso del sistema”.