Minutos antes de las dos de la mañana de ayer, el intendente de Cambiemos en Olavarría, Ezequiel Galli, cerró su notebook, se levantó y se retiró del recinto, el Salón Rivadavia, en el Palacio San Martín. Había terminado la interpelación por sus responsabilidades en el dislate que fue la organización del recital del Indio Solari, el 11 de marzo pasado. Respondió más de 300 preguntas y unas 60 repreguntas, durante cinco horas y media. 

Se mantuvo en las mismas declaraciones que había dado públicamente después del final del recital: que no tenía nada que ver, que la responsabilidad era compartida entre la empresa productora En Vivo SA y el Ministerio de Seguridad bonaerense. “Se mintió mucho. Faltó autocrítica y se armó un relato para nada acorde con lo vivido por los vecinos”, señaló a este diario Einar Iguerategui, titular del bloque de Olavarría para la Victoria.

Había comenzado a las 20.36 del lunes y terminó ayer a las 2 de la madrugada. Cuatro días antes le presentaron 324 preguntas. Respondió las dos terceras partes. Las respuestas las leyó el propio Galli y hasta que terminó no hubo posibilidad de repreguntas.

Entre los temas de mayor tensión figuran:

“Se cubrió de la parte legal porque sabe que faltó a los deberes de funcionario público y quiere anticipar lo que vamos a hacer, que es enviar copia de su declaración al fiscal que investiga”, dijo el concejal Einar Iguerategui, presidente del bloque Olavarría para la Victoria.

El martes próximo se pondrá en funciones la Comisión Especial que reunirá información para la justicia. Además, según aseguró Iguerategui a este diario, se enviará la versión taquigráfica de la interpelación al fiscal que investiga las muertes. Además, solicitarán participar si avanza el pedido de informes a Ritondo por parte de la Legislatura bonaerense.

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