El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, realizó una visita sin precedentes a una colonia israelí de Cisjordania y al Golán ocupado, un testimonio del apoyo que el gobierno de Donald Trump le dio a Israel durante cuatro años. Por primera vez un canciller estadounidense visitó un asentamiento israelí en Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967, y un viñedo en Psagot, entre Jerusalén y la ciudad palestina de Ramala, escoltado por un importante dispositivo militar. La bodega vende la mayoría de su producción en el extranjero y tiene un vino al que llamó Pompeo como gesto de agradecimiento al responsable de la diplomacia estadounidense por su apoyo a los asentamientos israelíes. La visita del secretario de Estado generó el repudio inmediato de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y el gobierno sirio.

Robo a la propiedad privada

A bordo de un imponente helicóptero Black Hawk, y acompañado por el ministro de Relaciones Exteriores israelí, Gabi Ashkenazi, Pompeo se dirigió a los Altos del Golán. "No puedes llegar aquí, contemplar lo que hay del otro lado de la frontera y negar la parte esencial de lo que el presidente Trump reconoció: esto es parte de Israel", dijo el secretario de Estado. "Imaginen el riesgo que representaría para Occidente e Israel si este territorio estuviera bajo control de (el presidente sirio Bashar Al) Assad", agregó durante su histórica visita.

Cerca de la bodega de Psagot lo esperaba un grupo de activistas de izquierda y anti-ocupación de la ONG Paz Ahora, con carteles que incluían mensajes como: "Estados Unidos deja de minar la paz" o "El territorio ocupado no puede ser normalizado". También propietarios de las tierras confiscadas por Israel se hicieron presentes en el lugar para rechazar la visita de Pompeo. "Sus acciones están facilitando el robo de propiedad privada de ciudadanos estadounidenses en el extranjero", condenaron los dueños de las tierras en una declaración conjunta. 

Mounif Traish, miembro del consejo municipal de Al Bireh, mostró una lista con los nombres de unos cincuenta palestinos con derechos de propiedad heredados, incluso expedidos por el organismo militar israelí que administra el territorio ocupado desde 1967. "Estoy muy enfadado, muy decepcionado. Pienso que Pompeo está cometiendo un crimen contra la ley internacional, contra todos los valores y contra las enmiendas de la Constitución estadounidense", aseguró.

Desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca, Estados Unidos mostró un apoyo sin fisuras a Israel: reconoció a Jerusalén como capital y también la soberanía israelí en la meseta de Golán, arrebatada a Siria en la guerra de 1967 y anexado en 1981. Durante el gobierno de Netanyahu y el mandato de Trump, la colonización de Cisjordania y Jerusalén-Este, parte palestina de la ciudad ocupada y anexada por Israel, registraron enormes avances. Más de 450 mil israelíes residen en estos asentamientos de Cisjordania, territorio en el que viven 2,8 millones de palestinos.

En noviembre de 2019, Pompeo ya había afirmado que estos asentamientos no eran ilegales, pese a que el derecho internacional no los reconoce. Aquel día en Psagot se descorcharon botellas en honor al jefe de la diplomacia estadounidense. Este jueves, luego de visitar la bodega, Pompeo dio un paso adelante y anunció que Estados Unidos etiquetará las exportaciones de las colonias de Cisjordania con la mención "Made in Israel" (Hecho en Israel).

Sintonía entre Pompeo y Netanyahu

"Hemos hecho cosas increíbles. Desde el simple hecho de reconocer la realidad, de que Jerusalén es la legítima, apropiada, verdadera, capital de Israel", afirmó Pompeo en una conferencia de prensa junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. El secretario de Estado agregó que fue "simple, correcto y justo" trasladar la embajada estadounidense desde Tel Aviv a Jerusalén, pese a que el consenso internacional, avalado por la ONU, prevé que la Ciudad Santa sea la capital de Israel y Palestina en una futura solución negociada de dos estados.

Durante su visita a Israel, Pompeo también anunció que Estados Unidos considerará "antisemita" al movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones). BDS es una campaña internacional de boicot económico, cultural o científico contra Israel que busca forzar el fin de la ocupación y de la colonización de los territorios palestinos.

La visita sin precedentes de Pompeo fue condenada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP). "La decisión viola descaradamente el derecho internacional", sentenció Nabil Abu Rudeina, uno de los portavoces del presidente palestino, Mahmud Abbas, y la describió como otra medida "sesgada y proisraelí" del gobierno de Donald Trump, según recogió la agencia de noticias palestina Wafa.

En paralelo, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) denunció que Israel está "explotando" la transición política en Estados Unidos para ampliar sus colonias en territorio ocupado. "Es necesario establecer una nueva relación estratégica con Palestina, basada en el respeto mutuo y en el compromiso con los derechos humanos universales", lo que "empieza por descartar de una vez por todas el llamado plan de paz de Trump y volver a comprometerse con el fin de la ocupación israelí que comenzó en 1967", aseguró Hanan Ashrawi, histórica vocera de la OLP.