La docente de arte Nina Francesca Aparicio Monné finalmente logró que se reconozca su identidad trans en el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de Salta. No hubo una ceremonia que lo anuncie, sino una simple tirilla donde se leía su nueva identidad.

Ese cambio hoy "lo es todo", dijo Aparicio Monné a Salta/12. "Estoy muy feliz de vivir en un país donde la política nos permitió conseguir el derecho de ser, de tener una posibilidad de existir", manifestó. Sostuvo que fue la Ley de Identidad de Género, sancionada en 2012, la que la amparó y la que también le permitió "tomar fuerzas" para emprender el proceso de aceptación personal y social.

"Justo el domingo cuando estaba viendo las tirillas provisorias (de los docentes) vi que ya me las habían ingresado con el nuevo nombre", relató. Aparicio Monné es docente de arte desde 2017 y actualmente enseña en una escuela primaria y otra secundaria de la localidad de Joaquín V. González del departamento Anta, en el sur de la provincia de Salta. 

En marzo de este año recibió su nueva identidad, pero aún sentía que le faltaba un reconocimiento. "Mi DNI no era suficiente, tenía que hacer cambios en áreas correspondientes del Ministerio de Educación". Si bien la ley le permitía cambiar su identidad, contó que en sus trabajos, las planillas todo este tiempo estuvieron con ese "nombre viejo", que prefirió no decirlo, para "dejarlo atrás". 

Eso la llevó a que iniciara más trámites pero ahora dentro de la cartera de Educación. Al proceso se sumó la cuestión epidemiológica de la provincia por la pandemia, que provocó la demora en los gestiones y el traslado contínuo de Aparicio Monné a la Capital porque los cambios se hacían en las oficinas centrales ubicadas en el Centro Cívico Grand Bourg.

Para su suerte, en el camino encontró lazos solidarios que le facilitaron saber "qué puerta tocar" en los pasillos del Ministerio. Una de esas ayudas vino de la docente trans Ale Garzón, que cambió su identidad cuando se sancionó la Ley 26.743, hace ocho años. También contó con la ayuda de otras docentes que la orientaron para inscribirse en la Junta Calificadora de Méritos y Disciplina, por ejemplo. 

El proceso de transición público de Nina comenzó en coincidencia con el ciclo lectivo 2019, por lo que se lo comunicó a su grupo de trabajo. Si bien encontró prejuicios entre sus colegas, también ganó apoyo que le dio "mucha fuerza para poder seguir adelante". 

Y tuvo el acompañamiento constante de sus familiares y amigos. "El amor que pude recibir me permitió hacer un proceso interno y externo, que no es algo que comienza y acaba en un momento, sino que se va dando naturalmente en la vida", indicó. 

En agosto del año pasado inició formalmente los trámites para el cambio de identidad. El primero fue la partida de nacimiento para recién obtener el DNI.

Aseguró que la identidad de mujer, "con vulva es más fácil", pero cuando una decide autopercibirse mujer resulta más sinuoso pero no imposible. "Tuve que hacerme a mí misma, criarme", agregó. 

"Falta una capacitación real por el tema"

Aparicio Monné aseguró que con este reconocimiento puede decir que el Ministerio de Educación "está respetando la Ley de Identidad de Género", lo que también brinda el mensaje de que "se puede hacer y que hay que buscar la información correcta para acompañar". Dijo esto último porque se encontró con personal del Ministerio que ante una situación "que no es habitual", tuvo que investigar sobre cómo hacer el cambio en el sistema, evidenciando una falta de capacitación. 

"Hay personas que ayudan a que sea más fácil, pero siento que hace falta una capacitación real por el tema", reiteró. Como no son muchos los docentes que hacen cambio de identidad de género, tampoco hay pasos a seguir que permitan agilizar los tiempos. 

Incluso en el Registro Civil de Salta notó que el trámite no era muy común, por lo que los empleados tuvieron que buscar cuál era el protocolo para recién darle una respuesta, y la hicieron ir reiteradas veces a las oficinas, "me habrían ahorrado meses", cuestionó la docente.  

En ese sentido dijo que las capacitaciones deberían estar planteadas en las legislaciones, en las que se debería indicar cómo y quién las va a dar, siempre y cuando sean personas que comprendan el espíritu de las leyes. 

La ESI es fundamental 

Para la docente, la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) fue fundamental en su transición, tanto para ella como para su entorno de trabajo que involucraba a sus alumnos. "La ESI permitió que los otros que me veían a mí, no vean un bicho raro", afirmó. 

Contó que cuando empezó a expresarse bajo su identidad, su entorno la aceptó y esto da la posibilidad "de empoderamiento a otras personas que por ahí están pasando lo mismo". 

Al ser docente de primaria y secundaria, dijo que cuando se lo comunicó a sus estudiantes tuvo dos reacciones diferentes. En el caso de los más grandes, "al principio era un shock" porque "veían como una persona empezaba a cambiar su forma de vestir o de comportarse". Si bien dijo que siempre fue femenina, con la decisión tomada todo era "más en serio". 

En los más pequeños "fue con mucha aceptación y naturalidad". Indicó que sus colegas colaboraron bastante en el proceso. Por ejemplo, de inmediato la empezaron a llamar Nina y si un estudiante les consultaba, ellos respondían "con mucho cariño y respeto". 

En el caso de los directivos, dijo que la situación fue más "complicada". "Son gente grande y les ha costado hacer la transición de cómo me llamaban a cómo lo hacen hoy", expresó la docente. Aún así, dijo que hubo mucho esfuerzo de ambas partes, lo que posibilitó hacer camino para el cambio.