Capital humano                           5 Puntos

Human Capital, EE.UU., 2019.

Dirección: Marc Meyers.

Guion: Oren Moverman.

Duración: 98 minutos.

Intérpretes: Liev Schreiber, Sellan Sarsgaard, Maya Hawke, Marisa Tomei, Alex Wolff, Betty Gabriel

Estreno en TNT Originals (del sello Particular Crowd).

Escrita por Oren Moverman y dirigida por el poco conocido Marc Meyers, Capital humano es la remake estadounidense de un film italiano casi homónimo (Il capitale umano), estrenado en Argentina en 2015 y oportunamente reseñado por Página/12. En tanto aquélla se basaba en una novela escrita por el estadounidense Stephen Amidon, esta segunda versión representa algo así como un regreso a casa. Se trata del característico film coral a la manera de Amores perros o Vidas cruzadas, todos ellos hijos no reconocidos de la especialidad médica de la accidentología, en la medida en que es un desgraciado accidente vial el que sirve de punto de convergencia de todas las historias. Característica de este subgénero, esas historias están habitadas por seres perdedores (y su contrario, los ganadores de la desalmada carrera social), vacuos, desorientados y nihilistas. Y muertos, claro, como sucede con la víctima del accidente.

El loser es Drew (Liev Schreiber, cada vez más parecido a Walter Matthau), empresario inmobiliario mediano, que se ve deslumbrado cuando lleva a su hija Shannon (Maya Hawke) a casa de su novio. Residencia de gente de mucho dinero en medio del bosque, cuando Drew se entera de que el padre del novio, Quint Manning (Stellan Sarsgaard) maneja cifras siderales en fondos de inversión, le pide de inmediato que le permita participar. Al conocer el monto mínimo de inversión, traga saliva y corre a pedir a pedir al banco un préstamo que claramente no puede pagar, falseando después la cifra de sus aportes al fisco, que deben ser astronómicos para poder ingresar al fondo. Como la ambición de Drew debe ser castigada (por el guion), en cuanto ingresa el fondo empieza a temblar. Alrededor del accidente --en el que un auto de alta gama se lleva por delante a un ciclista que es trabajador inmigrante-- orbitan también Carrie, esposa de Quint (Marisa Tomei), que no sabe qué hacer con su tiempo libre, la segunda esposa de Drew (Betty Gabriel), que está por sumar un par de mellizos a las nuevas deudas de su marido y un traficante de narcomenudeo, cuyo escepticismo generalizado sintoniza con el de Shannon.

Los targets del guion están claros: los perversos “tiburones” de Wall Street, los ambiciosos de segunda monta, las esposas de ricos que se quedaron sin vida propia en aras del dinero, las hijas “descarriadas”, los que no encuentran su camino y, el más transparente de todos, el atropello de los pobres a manos de los poderosos. Todo está tan preseteado como en todas estas películas accidentológicas, puesto en escena con prolijidad impecable y sirviendo paso a paso los mandatos del guion. Este subgénero dramático suele apoyarse en elencos sólidos, capaces de ocupar con prestancia su lugar de peones de lujo. Capital humano no es la excepción.