A los palos y los gases del domingo, los maestros y las maestras respondieron montando una escuela frente al Congreso. “Quieren que aceptemos con resignación el 19 por ciento, cuando en Neuquén nuestros compañeros con su lucha consiguieron una oferta del 28 por ciento. Entonces se puede mejorar el salario docente, como también las condiciones para enseñar y aprender”, dijo allí Sonia Alesso, secretaria general de Ctera, y todos en el “aula” aplaudieron mientras gritaban “la escuela pública, enseña, resiste y sueña”. Para muchos era volver a un puesto de lucha. “Hace 20 años ayuné acá en la carpa blanca, mi hija largó los pañales en ese momento, así que es fuerte volver a este lugar, y con ella en brazos desarmamos la carpa en 1999, así que el domingo cuando la policía nos reprimió junto a mis compañeros fue muy intenso”, dijo a Página12 Gustavo Lappano, que trabaja en la escuela técnica 6 de Quilmes. “Esto no invalida el paro, en la consulta la mayoría dijo que haya paros rotativos. La medida se fue desgastando pero no por falta de voluntad sino por la necesidad de estar adentro de la escuela con los chicos y los compañeros”, agregó.  

En la plaza, delante del monumento de los Dos Congresos había cada vez más docentes, militantes, madres, padres y chicos. “No es una carpa, es una escuela itinerante”, aclaraban los maestros en el cordón de seguridad, al tiempo que varios se sorprendían el diseño tan cuidado de la estructura. La “escuelita”, como la llamó Alesso, tiene un aula amplia y luminosa, y los docentes en guardapolvos blancos se fueron sentando en las sillas pupitre frente al pizarrón verde que anunciaba la apertura de la “escuelita”.

“Aprendimos de las Madres que la única lucha que se pierde es la que se abandona”, dijo Alesso mirando a Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo línea fundadora y a la Abuela de Plaza de Mayo Alba Lanzilotto.

Poco antes, la dirigente había enfatizado que “desde enero sufrimos ataques tremendos sólo por pedir que el Estado cumpla con la ley de Financiamiento Educativo, que no se construyó en un despacho oficial con aire acondicionado sino en la calle. Nos impusieron voluntarios, descuentos, estigmatización de los dirigentes sindicales, llegaron a decir que el domingo fuimos violentos cuando estábamos cantando el himno”. Y advirtió: “No se equivoquen, atacan a un dirigente sindical y están atacando a toda la docencia, porque votamos las medidas en asambleas, y así definimos la instalación de esta escuela itinerante”. Alesso se preguntó “dónde estarían los trabajadores sin la lucha por las ocho horas, por el aguinaldo, y si nosotros nos hubiéramos arrodillado sin defender la educación”.

El discurso de la gremialista apuntaba al gobierno y también a los medios. “Hemos pedido respuestas y diálogo, con marchas, una movilización federal que convocó a 400 mil maestros. ¿A algún periodista se le ocurre que los cinco gremios nacionales podemos hacer eso solamente por decisión de uno o dos dirigentes? Cada día que agravian a un maestro a todos se nos llenan los correos de mensajes con docentes en el barro, caminando kilómetros para llegar a una escuela rural o en las provincias inundadas trabajando para los evacuados”, dijo. “Amamos lo que hacemos, y los alumnos nos escriben textos amorosos que nos hacen llorar”, agregó. La secretaria general de Ctera terminó pidiéndo que “no se gasten las autoridades en mandar servicios de inteligencia y provocadores, los tenemos filmados. Dejen expresarse a una protesta pacífica y cumplan con la ley”.

La foto de los noventa

“Acá los docentes van a poder tomar la palabra, hay una gran cadena de medios oficiales que son privados pero hablan por la voz del gobierno, hay un intento arrollador de callar la voz de los docentes y querer mostrar este conflicto sólo como un asunto salarial cuando estamos discutiendo un proyecto educativo que el neoliberalismo intenta restaurar, con una profunda embestida para legitimar la mercantilización de la educación, cuando el Presidente dijo que a la escuela pública van los que tienen la mala fortuna de caer en ella”, dijo a Página12 el secretario general de la CTA Hugo Yasky. Y siguió mirando las fotos gigantes de las paredes, donde se lo ve sentado junto a los docentes de la carpa blanca en 1997. Otra de las gigantografías rezaba “Carlos Fuentealba, presente”.

“Los maestros de Argentina son una referencia para el mundo, lo dicen 33 millones de docentes en 170 países. Su lucha va a ser dura pero no es algo nuevo para ustedes, y la van a ganar”, dijo David Edwards, secretario de la Internacional de la Educación. Luego de un acto en un escenario exterior, Eduardo López, de UTE, dio la primera “clase” con el abogado Marcelo Bustos Fierro sobre el derecho a la paritaria nacional educativa. Desde afuera llegaba la arenga “unidad de los trabajadores, y al que no le gusta se jode, se jode”. Eran los trabajadores de AGR, junto al PO, que marchaban al ministerio de Trabajo e hicieron un alto para saludar la iniciativa de la Ctera.

Abrazo y politización

Luego del paro, la acción ayer estuvo en abrazos a diversas escuelas, entre ellas las del Instituto Bernasconi. Allí un grupo de madres, padres, alumnos y profesores desplegaron una bandera argentina y gritaron: “No caímos, no caímos, a la escuela pública nosotros la elegimos”. Poco antes un integrante de la Cooperadora había aclarado que estaban participando para que el teatro del Instituto, cuyo edificio es monumento histórico, “no se siga cayendo a pedazos y exterminen de una vez la infestación de ratas”, y no porque se hayan “politizado”. 

Más tarde en la plaza, el docente Lappano, de Suteba, decía que en muchas familias comenzaba a darse un salto de conciencia respecto de la necesidad de participar en el conflicto. “Los papás y mamás entienden de lo que uno habla porque son sujetos políticos, saben que esto es política educativa en base a un proyecto de país, una mamá llorando en medio del paro me dijo que se educó en escuela pública y le dolía el paro porque quería que su hija aprenda, pero ni pensaba mandarla a una privada”, expresó.