¿Qué ceremonias o rituales de la vieja “normalidad” previa a la pandemia más añoran? Los visitantes y lectores que todos los años asisten a la Feria Internacional del Libro probablemente dirán que el mano a mano con las escritoras y escritores: hacerles preguntas y comentarios en vivo, pedirles que les firmen o dediquen algunos libros, sacarse una selfie y abrazarlos. Este tipo de interacciones en la virtualidad --que ha demostrado ser más federal, latinoamericana y mundial-- no es posible. En un contexto de crecimiento de los contagios de Covid-19 y una vacunación sostenida pero lenta, creer que a fines de abril puedan circular un millón de personas por el predio de La Rural, durante veintiún días, es tener una imaginación exuberante a la que le cuesta distinguir entre la realidad y el deseo. “No hablamos ni de postergación ni de aplazamiento, esas palabras no están en nuestro vocabulario”, dice el escritor Alejandro Vaccaro, presidente interino de la Fundación El Libro (FEL), que asumió a fines del año pasado para reemplazar a la presidenta María Teresa Carbano, que renunció por “motivos personales”.

Vaccaro, biógrafo de Borges y presidente de la Sociedad de Escritores (SADE), confirma que están analizando diferentes planes y alternativas. “Vemos con realismo, y también con la prudencia que hace falta tener en momentos de incertidumbre, que es muy difícil que a fines de abril se pueda hacer la Feria”. El presidente interino de la FEL aclara que la institución “no iría a una Feria donde no tuviéramos garantizado el libre acceso de la gente y la tranquilidad de que puedan asistir sin salir contagiados”. La 46° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires se canceló en 2020. La Habana como ciudad invitada no pudo traer su delegación de escritores y artistas; el escritor y sociólogo Horacio González no habló en la inauguración de la pasada edición, que se realizaría del 30 de abril al 18 de mayo; el escritor rumano Mircea Cartarescu no viajó a Buenos Aires, pero sí participó de una entrevista en el festival de literatura Filba online en octubre. El mayor déficit de la FEL fue la ausencia de contenidos digitales originales. La programación cultural, armada para la presencialidad, no pasó a la virtualidad el año pasado. Lo que se subió a las redes y al canal de Youtube fueron materiales de archivos de otras ediciones. “Quizá debimos tener contenidos originales”, admite Vaccaro a Página/12.

El presidente interino de la FEL agrega que están hablando con todos los actores y que les interesa especialmente conocer la opinión de los editores y expositores, que son los que compran los stands en el predio de La Rural. “Estamos trabajando, sin vacaciones, para encontrar las mejores soluciones y atentos a las novedades que vayan ocurriendo”, cuenta Vaccaro y reconoce que la intención es que durante el 2021 “se haga la Feria presencial con la excelencia con la que venimos trabajando”, con actividades presenciales y escritores invitados del exterior. “No es lo mismo que la feria se haga en abril que en septiembre u octubre, como creemos que finalmente va a ocurrir. Esto va a tropezar con la simultaneidad de otras ferias internacionales”, plantea Vaccaro. “La Feria no puede durar menos de lo que dura (21 días), pero unos días menos podría ser; es una alternativa”.

La renuncia de la anterior presidenta de la FEL, María Teresa Carbano, es el emergente de una crisis aún sin resolver. “¿Que hay diferencias? Claro, desde luego, siempre hay diferencias en todas las instituciones. Estamos todos los integrantes de la cadena del libro y a veces los intereses no son exactamente los mismos. Lo que hay es un interés convergente: a todos nos interesa hacer la mejor Feria”, subraya Vaccaro. “No es la primera vez que vamos a una elección y como el candidato no logra los nueve votos de los catorce consejeros sigue la gestión anterior. María Teresa renunció por razones personales y yo que era el vice asumí la presidencia, por eso soy presidente de forma interina hasta los primeros días de marzo, cuando esperamos que podamos llegar a un acuerdo y tengamos nuevo presidente. No me parece que la palabra crisis sea una palabra adecuada para este momento de la Fundación. Si alguien lo quiere calificar de crisis, lo acepto porque una crisis es una oportunidad. No veo que haya necesidad de cambios importantes, sino de seguir profundizando lo que venimos haciendo en los últimos años, seguir ampliando la feria”. El escritor y biógrafo de Borges no está entre los candidatos a presidir la FEL. Si en marzo no surge un candidato que reúna los nueve votos necesarios, continuará Vaccaro, aunque cree que se logrará un acuerdo para que haya un presidente electo.

La otra novedad es que el actual director cultural de la Feria, Oche Califa, que cumplió 65 años en diciembre pasado, decidió jubilarse. “Lo primero que nos advirtió es que él va a continuar en el cargo hasta tanto haya un reemplazante”, revela Vaccaro. En febrero elegirán a la empresa que se encargará de la búsqueda de una directora o director cultural. “La labor de Oche Califa ha sido inmejorable”, pondera el presidente interino de la FEL y explica que están trabajando para ampliar las “ferias de cercanía” como la primera edición de la FELBA (Feria de Editoriales y Librerías de la Ciudad), la única feria del libro presencial del 2020, que se realizó del 5 al 8 de diciembre en el Parque de la Estación. La idea consiste en aprovechar los feriados largos del 2021 para que se puedan implementar ferias presenciales en el Parque de la Estación y en otros espacios públicos de la ciudad.