El policía de civil que el jueves a la tarde abatió con su arma a un hombre de 32 años que junto con un acompañante con el que se movilizaban en una moto le robaron en Arijón al 1400, recobró la libertad esa misma noche. El fiscal Gastón Ávila lo liberó por entender que se trató de un caso de legítima defensa, aunque dijo que hubo disparos de ambos lados y que "habrá que determinar de qué arma salieron las balas que mataron al que conducía la moto", dejando abierta la posibilidad de que haya sido su propio compañero el que lo hirió por error. El jefe de Policía de Rosario, Adrián Forni, motivado quizás por la adrenalina de los videos que mostraron el atacante y fatal desenlace, anunció ayer a la mañana que el agente será distinguido por la Unidad Regional II, por haber actuado con "proporcionalidad" y "racionalidad". Sobre el mediodía, el ministro de Seguridad Marcelo Sain señaló que "se está evaluando" esa distinción y resaltó que es "elocuente el grado de profesionalismo" del policía, aunque no dejó de lamentar "el desenlace del hecho y también el delito". "Toda muerte es para lamentar", dijo. 

El hecho cometido el jueves alrededor de las 16.30, cuando el policía de civil --con servicio en Orden Urbano-- volvía de hacer una transacción financiera, quedó filmado por las cámaras de seguridad de la zona: dos hombres llegaron en una moto y lo interceptaron en la vereda para quitarle la mochila. "Le di la libertad porque entiendo que no hay peligro de entorpecimiento de la investigación. Si bien hay que evaluar el contexto y circunstancias, lo que observo en las imágenes es que le apuntan con un arma. Estaba en peligro y responde el ataque. Ahí se da el desenlace fatal. No es una situación que yo aliente. El policía tenía opción de dejarlos huir, pero siendo personal policial tenían que actuar para detener el robo que lo tenía como víctima. Ahí fue apuntado y le disparan". Para el fiscal, "si sacaba el arma antes (de entregar la mochila) creo que moría", dijo sobre el episodio que se dio en la puerta de un comercio al que ingresó una de las balas disparadas por los atacantes. "Ambos decidieron cometer el robo con un arma cargada. Desde el momento que asumen esa conducta, asumen las consecuencias. Seguramente lo venían siguiendo", dijo en declaraciones radiales. Tras el hecho, indicó que "el policía baja el arma, pregunta en el local si estaban todos bien, llama al personal policial, se queda en el lugar y explica lo que pasó a sus colegas que concurrieron al lugar".

En tanto, el joven de 17 años que estaba con Diego Villarruel --el fallecido-- sufrió heridas en una pierna y tras llegar al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) quedó detenido. "Huye, entra a un local, pide agua, se hace un torniquete, esconde en una zanja el arma y se toma un taxi que lo lleva al Heca. El dinero que el policía llevaba en su mochila eran unos 80.000 pesos y se recuperaron cerca de 10.000”, dijo.

El jefe de Policía de la Unidad Regional II no duda en que el efectivo "actuó en legítima defensa, cumplió con preceptos de un profesional, con proporcionalidad. La persona antes de enfrentarse midió el hecho, actuó con racionalidad, controló su instinto, entregó la mochila, dejó que la situación pasara y cuando vio favorable el momento se dio el escenario del enfrentamiento”. Forni agregó: “El policía resguardó su vida y la vida de terceros. El acto es heroico y profesional, enfrentó la muerte. Será reconocido”, dijo.

Pasado el mediodía, Sain fue consultado sobre esa distinción. "No, nosotros estamos evaluando la situación. Lo primero que nos pareció elocuente es el desempeño del policía con un grado de profesionalismo importante, franco de servicio. Lamento mucho el desenlace del hecho porque toda muerte para nosotros es para lamentar. También lamentamos el delito y nos importó en esa circunstancia la preservación de la vida del policía, de terceros, era un lugar con mucha gente, así que estamos evaluando eso. No nos parece tampoco para destacar muy puntualmente el tema, pero sí queremos una policía con mucha presencia en la calle".

En tanto, una voz disonante con la del jefe de Policía de Rosario fue la del criminólogo Enrique Font, ex funcionario de seguridad entre 2007 y 2012 del Frente Progresista. Consultado en el programa Trascendental, de LT8, planteó: "Lo fundamental es la protección de la vida. La verdad que de profesional no tuvo nada. Por su propia seguridad y por la de terceros, lo lógico hubiera sido que se dejara robar la mochila, pidiera asistencia a sus compañeros al 911, pero no generar una situación de intercambio de disparos. Hubo suerte de que no haya terceros heridos. Está muy estudiado que en estos casos, el riesgo para el propio policía es altísimo. La verdad que seguir celebrando esto en una lógica vieja y anacrónica es una pena, porque es poner en riesgo la vida de la gente en general. No tenemos pena de muerte, por suerte", expresó.