Un informe del Centro de Estudios para la Producción, dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo, puso de manifiesto una situación de desigualdad de género en la industria local. Según el trabajo, las mujeres solo representan el 20,7 por ciento del empleo fabril formal en Buenos Aires, y esa sub-representación es todavía mayor cuando se trata de puestos jerárquicos en empresas grandes, donde sólo el 4,2 por ciento está liderado por mujeres. En paralelo, el mayor porcentaje de mujeres “con poder de decisión se encuentran en la rama de confecciones de prendas de vestir, con apenas un 23,8 por ciento de firmas lideradas por mujeres”.

La información analizada por el Centro de Estudios “ratifica la existencia de las brechas de género en el sector industrial, donde la participación de las mujeres es de por sí reducida y en donde esta participación es todavía menor cuando se trata de puestos jerárquicos (particularmente en empresas grandes y pertenecientes a sectores con mayor propensión a exportar)”. Agrega el trabajo que esto evidencia “la existencia de los llamados “techos de cristal” (dificultades para que las mujeres accedan a cargos jerárquicos) y también de las “paredes de cristal” (obstáculos para que las mujeres accedan a ciertos sectores productivos)”.

También destaca el trabajo “la importancia de que las políticas productivas incorporen el enfoque de género para reducir las profundas brechas existentes” a partir de la incorporación de mujeres en sus directorios, el acceso al crédito para emprendimientos liderados por mujeres o el otorgamiento de beneficios fiscales para empresas de sectores masculinizados que incorporen mujeres a su plantilla.

Como se mencionó anteriormente y exceptuando el rubro confecciones de prendas de vestir, “en todas las ramas manufactureras la proporción de empleo femenino es inferior al 50 por ciento, y es incluso inferior al 15 por ciento en sectores como frigoríficos, automotriz, maquinarias y equipos o madera”.

En cargos jerárquicos, más desigualdad

En los puestos directivos de la industria, se ve aún más la sub representación. “Apenas el 10,3 por ciento de las firmas industriales de 10 o más trabajadoras/es está conducido por mujeres. Y esta cifra es todavía menor en las empresas grandes donde cae al 4,2 por ciento, y en las de capital extranjero es del 7 por ciento”, detalló el informe. La mayor parte de cargos directivos están en confección textil (23,8 por ciento), pero en ramas como caucho y plástico, material eléctrico o máquinas-herramienta el porcentaje de empresas lideradas por mujeres no llega ni al 5 por ciento.

Estos datos surgen de una encuesta Nacional de Empleo e Innovación (ENDEI), realizada por los Ministerios de Ciencia, Tecnología e Innovación y Trabajo, Empleo y Seguridad Social, y que contempla información de casi 4.000 empresas manufactureras argentinas de 10 o más trabajadores.

El escenario en la exportación

Otro punto relevante del trabajo es la relación entre género y la chance de que una empresa industrial exporte. Hay “una clara sub-representación de mujeres en las empresas industriales exportadoras: mientras que el 26 por ciento de las empresas industriales comandadas por varones exporta, esa cifra cae al 20,5 por ciento en las empresas industriales comandadas por mujeres”.

¿Cómo se explica esa brecha? Vía tres factores: el primero, las ramas industriales más feminizadas son aquellas con menor propensión exportadora. Por ejemplo –cita el trabajo-, la participación femenina es alta en confecciones de prendas de vestir, que es la rama industrial con mayores dificultades para salir a exportar. Por el contrario, ramas como vinos, maquinaria agrícola y máquinas herramientas tienen una elevada salida exportadora, pero allí las mujeres están sub-representadas tanto en la nómina del personal como en los cargos decisorios.

La segunda explicación es que las empresas lideradas por mujeres son más pequeñas que las empresas lideradas por varones. “Esto incide sensiblemente en la posibilidad de exportar, ya que en general son las empresas más grandes las que cuentan con mayores recursos para poder internacionalizarse”, señalaron.

Por último, el informe encuentra que las empresas lideradas por mujeres tienen menor grado de vinculación con proveedores internacionales que las lideradas por varones. “El acceso a proveedores en el exterior permite a las firmas interactuar con agentes que pueden eventualmente convertirse en clientes (o conectar a la firma con otros que lo hagan), de modo que se trata de un atributo de gran importancia”, precisaron. Y concluyeron que “la masculinización de los espacios corporativos, de los puestos jerárquicos o simplemente de los ámbitos de toma de decisión, limita las posibilidades de las mujeres de acceder a este tipo de capital social”.