Un grupo de 15 familias de vendedores ambulantes de masas regionales intentó ingresar ayer al paraje Sumalao en el marco de las celebraciones religiosas que ya comenzaron pero se encontraron con las dos entradas valladas por la Policía.

Los comerciantes se quejaron de la situación porque tenían un permiso firmado por el intendente Javier Wayar, sin embargo, el Comité Operativo de Emergencia local decidió no autorizar la venta ambulante en la Fiesta del Señor de Sumalao. Los vendedores pidieron que se revea la situación ya que sus familias subsisten con esta actividad.

Sumalao es un paraje rural escondido ubicado en el municipio La Merced, en el departamento Cerrillos. Está cercano a la confluencia de los ríos Arias y Rosario. Todos los años, misachicos y peregrinos convergen en el santuario que está ubicado allí, 31 kilómetros al sur de la ciudad de Salta y a poco más de 12 kilómetros de La Merced.

La vecina Josefa Carrizo contó a Salta/12 que las celebraciones del Señor de Sumalao se hacen durante 7 viernes y luego se realiza otra fiesta grande. Explicó que en una reunión previa con el COE municipal les habían solicitado que fueran solo 15 puestos y que tuvieran a alguien que venda y a otra persona que cobre. Además, les habían solicitado que cumplan con protocolos sanitarios por la covid-19.

"Teníamos una orden firmada por el intendente y por la abogada del municipio, Gabriela Wayar. Sumalao es un campo, donde hay una iglesia y se está al aire libre", explicó Carrizo. Indicó que intentaron hablar con la encargada de acción social, Silvia Cruz, pero no las quiso recibir.

La abogada del municipio contestó a Salta/12 que el intendente había firmado un permiso a vendedores pero luego el resto de integrantes del COE dispuso que no debían ingresar.

Carrizo pidió al gobierno municipal y provincial que tengan en cuenta la situación de ella y otras personas que están en su misma situación, y que trabajan con la venta ambulante para poder subsistir. La vecina sostuvo que las 15 familias invirtieron dinero y tuvieron que quedarse en la ruta para intentar comercializar sus productos. 

Para dar una idea de la situación crítica en la que se encuentran, contó que ella percibe una jubilación mínima, de la que le descuentan un préstamo, por lo que cobra la mitad pero a la vez paga más de $6.000 de energía eléctrica y debe abonar también el alquiler porque no tiene casa propia. "Queremos que nos dejen vender los 7 viernes. Es una tradición. El gobierno también tiene que ver esto, no tenemos planes sociales, no recibimos nada del municipio", expresó la mujer.

Wayar dijo que está la buena voluntad del intendente y que los vendedores se tienen que poner de acuerdo con el COE. 

Fiesta chica y Fiesta grande 

El cura párroco Sergio Choque contó a Salta/12 que en la festividad del Señor de Sumalao ya comenzaron con los 7 viernes previos a las denominadas "fiesta chica" y "fiesta grande", en ese marco realizan tres misas por la mañana y dos por la tarde. Contó que cuentan con el servicio de la empresa de transporte de pasajeros SAETA, que realiza el recorrido antes del horario de cada oficio religioso y al terminar. "A cada coche pueden subir solamente 45 personas. Tenemos una restricción, en el santuario solamente pueden permanecer por cada celebración 100 personas", explicó. 

El sacerdote dijo que están atentos a las restricciones que puedan surgir a nivel nacional y provincial, "vamos a ir adaptándonos a estas medidas". Sostuvo que harán una bendición virtual de vehículos el 1 de mayo y también así serían la Fiesta chica y la Fiesta grande. Las peregrinaciones al santuario se pueden hacer en la semana, el lugar estará abierto desde las 9  hasta las 20. 

Respecto a vendedores ambulantes o fonderos que solían hacerse presentes en el lugar para estas fechas, Choque dijo que han conversado con algunos y pidió al COE local y de la provincia que puedan trabajar. "Sabemos que necesitan del trabajo para llevar alimento a sus casas, que son los más afectados quienes trabajan de manera independiente", manifestó el cura. Añadió que solicitó que se habilite un espacio, en Sumalao y otras fiestas religiosas, para que el grupo de vendedores pueda trabajar, "no lo hacen para contagiarse, ni contagiar a nadie sino que simplemente quieren trabajar de forma honesta", insistió. 

El párroco consideró que la situación "muy difícil" de los sectores de la economía popular, como los vendedores ambulantes, debe ser tenida en cuenta por el gobierno municipal, provincial y nacional.