Argentina comenzó a participar en París 1924 en los Juegos Olímpicos de la era moderna que comenzaron en 1896. Desde ese momento hasta ahora, la delegación nacional estuvo presente en todas las ediciones con excepción de Moscú 1980, cuando la dictadura militar de Jorge Rafael Videla decidió adherirse al boicot organizado por el presidente estadounidense Jimmy Carter. A su vez, Montreal 1976 y Los Angeles 1984 fueron las únicas dos veces que nuestro país no consiguió ninguna medalla. Es claro que las políticas deportivas influyen directamente en los rendimientos y los resultados, por eso vale preguntarse ¿Cómo fueron los últimos años para el deporte argentino?

Página/12 se comunicó con Claudio Morresi, quien en julio de 2004 fue designado Secretario de Deportes, previo a los Juegos Olímpicos de Atenas: “El deporte es un instrumento más para el desarrollo humano y social de un pueblo. Creamos los programas de apoyo a clubes de barrio y los de promotores deportivos. Trabajamos para detectar a quienes tenían condiciones dentro del deporte social y los llevamos para que puedan ser parte del deporte de representación nacional, y así competir en cualquier lugar del mundo. En este punto logramos la creación del Enard”.

En Atenas, Argentina logró cortar una racha de 52 años sin ganar una medalla dorada, desde aquella que habían obtenido Capozzo-Guerrero en remo, en Helsinki 1952. El 28 de agosto de 2004 la Selección Argentina de fútbol derrotó a Paraguay en la final, y horas más tarde la Generación Dorada de básquet se consagró campeona de los Juegos Olímpicos después de vencer a Italia en el partido decisivo.

Ese fue el inicio de la vuelta al oro y el comienzo de grandes resultados, ya que nuestro país conseguiría por lo menos una dorada en cada edición hasta Río 2016, cuando la delegación nacional igualó su récord histórico de tres de la mano del seleccionado masculino de hockey, Paula Pareto en judo, y Santiago Lange y Cecilia Carranza en vela. Juan Martín Del Potro estuvo cerca de una cuarta, pero se quedó con la de plata al caer frente a Andy Murray en el encuentro definitorio.

El Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo se creó en 2009 durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, mediante la sanción de la ley N° 26573. Su gestión comenzó en agosto de 2010 con el objetivo principal de implementar y desarrollar políticas de alto rendimiento, y así brindar a los atletas los recursos necesarios para entrenarse y capacitarse correctamente. Se convirtió en un organismo que solventaba los pasajes y demás gastos de los deportistas, lo que nunca había sucedido hasta entonces. ¿De dónde iba a salir el dinero?

Del impuesto del 1% de la telefonía celular. De este modo era un ente autárquico que no dependía del Estado. Su composición es mixta, ya que la Secretaría de Deportes de la Nación y el Comité Olímpico Argentino lo administran y alternan su presidencia cada dos años. En este momento el mandato está a cargo de Gerardo Werthein, titular del COA.

En diciembre de 2017, bajo la presidencia de Mauricio Macri, se sancionó la Ley 27430 en la que se derogó el artículo que aseguraba la financiación mediante ese impuesto que no se eliminó, sino que tuvo otro destino. Desde ese momento, se estableció que el Poder Ejecutivo incluyera en su presupuesto anual el monto a transferir al Enard, es decir, pasó de ser autárquico a depender del Estado. A causa de esto, desde 2018 el importe es cada vez menor si se tienen en cuenta la devaluación y la inflación de nuestro país.

En línea con lo anterior, el 30 de enero de 2019 mediante el DNU 92/19 el gobierno resolvió la disolución de la Secretaría de Deportes para convertirla en Agencia de Deporte Nacional con dependencia directa la Secretaría General de Presidencia. El artículo 15 de este decreto sobre los recursos operativos afirmaba que la Agencia podría vender y arrendar las instalaciones con las que contaba. Todo esto estuvo vinculado con la posible venta de los terrenos del Cenard y el traslado de las instalaciones a Villa Soldati, donde se habían realizado los Juegos Olímpicos de la Juventud. “Uno de los negocios inmobiliarios que pretendía hacer Mauricio Macri era tirar abajo la infraestructura deportiva del Cenard, la escuela y el instituto Romero Brest. Hubo una resistencia importante de la comunidad deportiva a través de marchas y posicionamientos políticos que no permitieron que eso ocurriera”, sostuvo Morresi.

En 2019 previo a los Juegos Panamericanos de Lima se había revisado el sistema de becas y solo se iban a mantener las de los atletas que lograran medalla. Pero después de 101 preseas obtenidas en lo que representó la mejor actuación argentina de la historia en Panamericanos fuera de nuestro país, el Enard dio marcha atrás y mantuvo los apoyos.

Si bien con el cambio de gobierno, la Agencia Nacional de Deporte volvió a ser Secretaría, los fondos para los atletas siguen saliendo del presupuesto anual del Estado. La pregunta que surge si este modo de financiación sigue igual es: ¿Qué consecuencias traerá en cuanto a resultados en el futuro?

Asimismo, Tokio 2020 será una incógnita en todo sentido. Coronavirus de por medio, resultará difícil hacer un balance de acuerdo al rendimiento, ya que la mayoría de los argentinos no contaron con la misma preparación que hubieran tenido en un mundo sin pandemia. Desde el comienzo de la cuarentena los deportistas estuvieron entrenándose en sus casas, hasta que a fines de julio de 2020 se habilitó la vuelta al Cenard bajo estrictos protocolos, pero fueron varios meses más para volver a la normalidad. Por otro lado, otros tampoco tuvieron el roce internacional que hubiera sido normal en la previa de unos Juegos Olímpicos. El pasado junio, el Ministerio de Turismo y Deportes firmó en conjunto con el Enard un reconocimiento extraordinario de $150000 para todos los atletas y entrenadores olímpicos y paralímpicos que viajen a Tokio 2020.

“Cuando empiecen las competencias internacionales, viajes y todo lo que tenga que ver con la preparación de los deportistas que en este año y medio no se realizaron por la pandemia, no van a tener la totalidad de lo que necesitan para competir en cualquier lugar del mundo. No me cabe duda de que, a lo largo del tiempo, si no se encuentra una solución, va a haber una gran merma en el rendimiento de nuestras selecciones”, afirmó Morresi.

Después de Lima 2019 donde la delegación argentina logró el quinto lugar en el medallero, el contexto pandémico hará que resulte difícil saber si las actuaciones de nuestros atletas en Japón tendrán que ver con años de preparación, con políticas deportivas o con una mera circunstancia. Lo que sí hay que tener en cuenta, es que la desfinanciación de un organismo como el Enard desde hace cuatro años, si no se revierte, tendrá un impacto aún mayor en el futuro para la vida deportiva de nuestro país.