Las trabajadoras y los trabajadores de Salud de todo el país pararon este viernes en reclamo de mejoras salariales. Tras el vencimiento de la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo y, ante el fracaso de las negociaciones paritarias, la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (Fatsa) y su filial Buenos Aires --la principal, que conduce el cotitular de la CGT Héctor Daer-- realizó una jornada de protesta de alcance nacional con paros de 4 horas por turno y movilizaciones en distintos puntos del país. El Consejo Directivo de Fatsa ratificó la continuidad del plan de lucha hasta que las cámaras empresarias paguen un aumento del 45 por ciento de todos los salarios básicos y le reclamaron al gobierno nacional que "se involucre en la búsqueda de soluciones".

"Hoy lxs trabajadorxs de Sanidad paramos en todo el país. Con la fuerza de nuestra organización y el apoyo de la sociedad, alzamos nuestro legítimo reclamo por una recomposición salarial urgente", señaló Héctor Daer.

Durante toda esta semana, bajo la consigna "Sin salario no hay salud", la Fatsa y la Atsa movilizaron en diferentes puntos del país a la espera de una resolución del conflicto paritario que lleva meses. Este viernes los trabajadores del sector asistencial paralizaron las tareas durante cuatro horas por turno y protestaron en los institutos, clínicas y sanatorios, como continuidad del plan de lucha.  

"La huelga de cuatro horas por turno tuvo un elevado acatamiento en todas las clínicas, sanatorios y hospitales de comunidad de la Capital Federal y se replicó en el país", sostuvo Daer. Durante la mañana se pudo ver las protestas en las diferentes instituciones privadas de la salud.

Se trató de una medida similar a que la estaba prevista para los días 1 y 2 de julio, que finalmente quedó en suspenso tras dictarse la conciliación. El sindicato reclama un aumento salarial de un 45 por ciento. Sin embargo, los prestadores privados contraatacan reclamando que el Gobierno les financie el incremento salarial a través de la autorización de un aumento en las cuotas de la medicina privada.

Las cámaras empresarias argumentan que el sistema está desfinanciado y le exigen al gobierno nacional que autorice a "los financiadores" --que son las prepagas, pero también las obras sociales provinciales, el PAMI, entre otros- - un aumento en el costo de las prestaciones. 

En ese marco y tras el vencimiento de la conciliación obligatoria, fue que el sindicato de Sanidad retomó el plan de lucha con movilizaciones, asambleas y paros: "Los tiempos de gestión y negociación se agotaron. Vamos a llevar adelante este plan de lucha para alcanzar nuestra justa y legítima recomposición salarial", sostuvo el gremio. Y reclamó que el gobierno nacional "tome nota de la injusticia social que padecemos y se involucre en la búsqueda de soluciones".

En el sindicato, si bien reconocen la existencia de un problema de financiación del sistema de Salud, son tajantes: "Es realmente una verguenza que los trabajadores de la salud, los que más dieron durante la pandemia sean los que reciban salarios más atrasados. La verdad que nosotros no tenemos ni siquiera espíritu de diálogo con nadie. Nosotros respondemos a una necesidad de nuestros compañeros", aseguró el secretario general de Fatsa, Carlos West Ocampo.

Durante la jornada de protesta, el Consejo Directivo de Fatsa publicó un comunicado en el que se ratifica la continuidad del plan de lucha. "Mantedremos el estado de alerta y movilización hasta el día lunes 26 en el que los cuerpos orgánicos se reunirán nuevamente para disponer la continuidad del Plan de Lucha". "Vamos a conseguir el 45 por ciento de aumento de todos los salarios básicos y nada nos va a distraer de ese objetivo", señaló la Federación.