Decir Messi es decir fútbol. Alegría. Gol. Pero también es decir Barcelona. Y es que la vida del club culé vaya si ganó densidad significativa de la mano del astro rosarino, que también creció allí en la institución catalana. Hasta que en un momento (y ese momento llegó bastante rápido) empezó a despuntar tal maestría mágica con la pelota que terminó siendo él quien hizo crecer la historia blaugrana. Y, sin dudas, fue el futbolista que más le dio: su vida profesional, ni más ni menos, en unos tiempos en los que los jugadores de fútbol son más trotamundos que nativos queridos y anclados a un solo lugar.

Si decir Messi es decir Barcelona, está claro que el adiós les deja un vacío a los dos. Y qué mejor que reponer el vacío con cinco escenas históricas, enmarcadas con su recuerdo, capaces de desentrañar algo de la inolvidable aventura futbolística del argentino en estos últimos 21 años con la camiseta blaugrana.

1. El primer grito

El primero de mayo de 2005 se materializó uno de los recuerdos más fuertes que seguramente atesore Messi en el difícil adiós del club que lo cobijó desde los 12 años y donde mostró sus maravillas al mundo. Aquel día del trabajador de hace 16 años, nacería el primer gol profesional de uno de los artistas más grandes que vio el fútbol. En el triunfo del Barcelona por 2-0 sobre en Albacete, por la liga española, el neerlandés Frank Rijkaard llamó al argentino -de un rostro tan aniñado que conmueve- para entrar.

Iban 87 minutos. Messi entró y, apenas ingresado, marcó su gol: recibió de Ronaldinho, que se la picó para asistirlo, y el rosarino replicó al crack brasileño y definió por arriba del arquero. Como le anularon el grito por offside, y al parecer el argentino no se iría sin su primer tanto de aquel juego, ocurrió la magia. Messi, en el minuto 90, repitió la maniobra, que fue exacta a la anterior, incluso en la forma en que Dinho lo asistió otra vez para que firmara su primer gol con la camiseta del Barcelona.

"El Albacete se quedó quieto, como si le importara un rábano empatar o perder -explica la crónica de aquel partido, del diario español El País-, y al Barcelona le bastó su agresividad defensiva para salvar el partido, rematado finalmente por un segundo gol, obra de Messi, precioso por su ejecución, digno de ser saboreado como pedía el día".


2. El abrazo a la identidad culé

El argentino tiene memorables recuerdos y momentos que representan su identidad culé y su amor por el Barcelona. Goles, jugadas maravillosas y títulos de a montones, celebraciones del fútbol que lo vuelven signo del equipo blaugrana. Pero hubo un día muy especial y recordado por los fanáticos del club donde el argentino se lució estos 21 años: el 23 de abril de 2017.

Aquel día, el Santiago Bernabéu recibía un nuevo clásico de la liga española. En tiempo de descuento, cuando iban 91 minutos y se contaban los segundos, la historia parecía ya liquidada, con un empate 2-2. Los goles los habían marcado el rosarino e Ivan Rakitic para el Barcelona y Casemiro y James Rodríguez para el conjunto merengue. El partido se apagaba cuando apareció Messi. Fue a los 92 minutos, con un zurdazo imposible para Keylor Navas. Con el Bernabéu silenciado, gritó su gol y, en un gesto que los diarios de todo el mundo replicaron un día después, el argentino se sacó la camiseta y le mostró a todo el estadio su nombre con la 10 en la espalda. En una escena memorable que inmortalizó al crack con la casaca blaugrana, quizás quiso recordarles algo: "Yo soy Messi y el clásico lo cierro yo".


3. El último título

Después de 21 años, Messi dejará el Barcelona con uno de los vacíos más grandes que conozca el fútbol. El peso del capitán del equipo catalán no solo se percibe con el inconmensurable cariño que la afición culé siente por él, ni siquiera por el fútbol que sembró en el Camp Nou y en cada estadio que brilló con su presencia. Los números del rosarino también son estadísticas furiosas que hablan de una ausencia que va a doler.

Messi cosechó 35 títulos con el conjunto blaugrana, incluidas 10 ligas españolas y cuatro Champions League. En su reconocimiento personal, además de elogios el nacido un 24 de junio de 1987 recibió también seis Balones de Oro y ocho Pichichis.

En esa enorme carpeta imaginaria capaz de contener todas y cada una de sus estadísticas gloriosas con Barcelona, las últimas páginas tendrán un capítulo final reservado a la última conquista con el escudo del club catalán. La fecha dirá un tiempo reciente: el 17 de abril de 2021, cuando Barcelona le ganó por 4-0 al Athletic la final de la Copa del Rey, con dos goles de Messi. El inolvidable día del último título de Leo con el Barça.


4. El adiós a Diego 

Habrá muchas imágenes que hablen de la grandeza de Messi a nivel futbolístico y muchas de ellas, la gran mayoría, habrá que encontrarlas en su historia de estos 21 años caminando junto al Barcelona. Pero hay una, muy especial, que define ese sentimiento que despierta el argentino. Y para sus compatriotas, es todavía más significativa. 

Fue el 29 de noviembre del año pasado. Lejos de una Argentina partida por la muerte de Diego Armando Maradona, apenas cuatro días atrás, Messi marcó el último gol del triunfo sobre Osasuna por 4-0 y abrazó a todo un pueblo sin importar kilómetros de distancia. Porque el rosarino, que ha sincerado su amor por Newell's en varias oportunidades, celebró su gol calzándose la camiseta histórica de Diego de su paso por el equipo rosarino. Fue un adiós lleno de emoción, con el 10 del Barcelona besándose las manos y entregándolas al cielo, en sentido homenaje. Y en un hermoso abrazo entre dos que han hecho grande al fútbol.



5. La despedida (imposible) 

Imaginar la despedida de un amor tan grande como el que se han tenido Messi y Barcelona, en un deporte tan popular como el fútbol, parece imposible. Y en algún sentido, así es. ¿Por qué? Porque el rosarino se habrá ido del club catalán sin su adiós en una cancha de fútbol, sin que su zurda reciba el reconocimiento por toda la felicidad que generó.

Si bien el desenlace del romance fue inesperado, también es cierto que la mayoría de los seguidores de Messi seguramente miraron sus últimos partidos con una pena a cuestas: se acercaba el final. Lo más parecido a una despedida que tendrán el argentino y el Barcelona será el recuerdo del triunfo por 1-0 sobre la Real Sociedad, del 7 de marzo de 2020. Porque aquel fue el último partido que se jugó con público en el Camp Nou. El gol de aquel abrazo final de Messi con su hinchada lo hizo justamente el rosarino. Nadie sabía que aquella iba a ser la despedida, una tan genuina y real como el amor que se tuvieron.