Gran Bretaña sigue debatiendo un raro caso de asesinato múltiple, que ocurrió el jueves a la noche en la ciudad portuaria de Plymouth, a unos trescientos kilómetros al suroeste de Londres. Jake Davidson, de apenas 22 años de edad, mató a su madre, a una nena de tres años, al padre de la nena y otras dos personas antes de suicidarse con el arma que poseía legalmente. El detalle de la legalidad del arma es importante, porque el Reino Unido tiene leyes sobre posesión de armas muy duras y es un país donde es casi imposible obtener un permiso de portación.

El viernes por la mañana, el inspector jefe de la policía de Devon y Cornualles, Shaun Sawyer, explicó que Davison había comenzado su ataque en una casa donde baleó y mató a una mujer. La víctima fue luego identificada como su madre, Maxine Davison, de 51 años, también conocida como Maxine Chapman. 

Davison luego subió por una calle y comenzó a disparar contra quien se cruzara, sin un patrón aparente. La siguiente víctima fue Lee Martyn, de 43 años, que pasaba con su hijita Sophie, de apenas tres años de edad. El atacante los mató a los dos y luego disparó contra una pareja que pasaba. Los hirió gravemente pero no murieron. Davison siguió caminando y volvió a disparar cuando vió a un hombre de 59 años que pasaba por un parque. Momentos después, le disparó a una mujer de 66 años. Ambos murieron. Todas las víctimas eran vecinos de Southampton.

Los testigos vieron entonces que el atacante se ponía su arma en la cabeza, disparaba y caía interte. Su muerte fue instantánea. La policía llegó casi al mismo tiempo. 

Las razones

La policía considera que la masacre tiene un origen personal y no político. La razón es un video que circula por las redes donde un hombre joven, presuntamente Davison, dice que su estado de ánimo es pésimo, que no tiene novia y se siente frustrado por la vida que lleva. Los investigadores no validaron la versión pero dijeron que tienen en cuenta el video.

Lo que sí confirmaron los agentes fue que el arma de la masacre estaba legalmente registrada a nombre del joven Davison. Según los testigos, fue una escopeta estilo Itaka, pero los investigadores no quisieron tocar el tema porque están investigando cómo fue emitido ese permiso de tenencia.

El debate

Pese a la imagen creada por los infinitos programas policiales británicos, la tasa de homicidios en ese país es muy baja. Como se sabe, en Gran Bretaña hasta los policías van desarmados y las pocas armas visibles son de caza, como rifles y escopetas, en el campo. Es muy raro encontrar a alguien con permiso de tenencia de pistolas y excepcional que alguien tenga permiso para portarlas. Así, se registran en Inglaterra y Gales -Escocia e Irlanda del Norte llevan sus propias estadísticas- apenas treinta asesinatos por año con arma de fuego. Para dar una idea, es casi la misma cifra de muertes intencionales por incendio y menos que las que se producen por estrangulamiento.

Todavía más inusual es el asesinato múltiple, tan común en Estados Unidos. El último caso se registró en 2010, cuando un taxista mató a doce personas. El caso más sonado ocurrió en 1996, cuando un hombre entró al gimnasio de una escuela y mató a 16 chicos y a un docente, antes de suicidarse. El escándalo fue tal, que se cambiaron las leyes de tenencia de armas y se creó un proceso que incluye una entrevista con la policía, revisión de antecedentes penales y hasta un pedido de referencias de conocidos y laborales. 

Desde el gobierno no anunciaron ningún cambio en los procesos actuales y se limitaron a ofrecer sus condolencias a las familias de las víctimas y a felicitar a la policía por su rápida reacción.