El Ministerio Público Pupilar de Salta informó que en los hogares de la ciudad capital hay 35 niños y niñas mayores de 6 años que esperan una familia que los adopte, viviendo en los distintos dispositivos de protección infantil. Entre ellos, destacaron que hay cinco grupos de hermanos, que aguardan ser recibidos para crecer juntos.

Un caso, por ejemplo, es el de 6 hermanos de entre 7 y 12 años que manifestaron su deseo de no ser separados, lo que generó que se abra una convocatoria pública para que los adultos interesados en conformar una familia puedan postularse.

La tutora oficial Macarena Saravia Zenteno, en diálogo con Salta/12, detalló que es ella la encargada por la Asesoría General de Incapaces para hacer el seguimiento de los casos de niños, niñas y adolescentes alojados en hogares del Estado para garantizar que se respeten sus derechos en los procesos de adopción, la guarda judicial o revinculación con sus familias.

Contó que niños y niñas llegan a los hogares por medidas excepcionales de protección ante situaciones de vulnerabilidad que vivían en sus anteriores entornos o porque quedaron huérfanos. “Es la Secretaría de Primera Infancia, Niñez y Familia, la que ante una situación de vulnerabilidad, porque se encuentra a niños solos en la calle o se denuncia una situación de violencia y abandono en una casa, y cuando no tienen una contención de otro familiar, lo acompaña en un dispositivo proteccional que es lo que se conoce comúnmente como Hogares”, contó.

La funcionaria del Ministerio Público Pupilar describió que lo primero que se hace “es tomar las medidas de protección” previstas en la Ley Nacional 26.061, y en la provincial 7.970. “Se trata de no sacar a los chicos del seno de la familia y tomar todas las medidas" para que esas personas "se fortalezcan a través de tratamientos, mientras se pone en resguardo a los chicos con sus abuelos o algún otro familiar”, explicó.

Pero si nada de eso es posible “se toman lo que se denominan medidas de protección excepcional”, y los chicos tienen que salir del vínculo con sus padres, y se los aloja en los dispositivos proteccionales donde pueden permanecer hasta 180 días. Si en ese lapso no hay algún pariente que se pueda hacer cargo, se dicta la resolución administrativa de adoptabilidad y luego un juez decide si se declara judicialmente esa calificación.

Saravia Zenteno lamentó que para los niños de hasta 5 o 10 años “sin ninguna discapacidad, llueven los pedidos”, pero para aquellos que viven con alguna discapacidad, los grupos de hermanos numerosos y que no se quieren separar, o los adolescentes, la situación se torna muy difícil y pueden llegar a vivir hasta la mayoría de edad en esos Hogares. “La realidad es que no hay carpetas para esos grupos, la gente no se inscribe y es tristísimo”, agregó.

Por eso desde su área decidieron difundir esa realidad y “concientizar a la gente que también hay otras opciones y sobre todo en estos casos en los que la convocatoria es pública”. Esto quiere decir que cualquier persona, por más que no esté inscripta en el registro de postulantes, podrá hacerlo en esos casos puntuales, “y cualquiera dentro de la Argentina o extranjero que acredite tener residencia de cinco años podrá registrarse”.

Luego de eso, se les realiza una entrevista de despeje, “que es como un primer filtro, para que, si la jueza considera que es posible la adopción, se avance con los trámites pertinentes”, que constan de averiguaciones de antecedentes, condiciones de vida y entrevistas socio ambientales. Pero a su vez, se establece un “mínimo período de vinculación para ver si hay feeling entre la familia y el chico”. Pasados los seis meses, “si manifiestan que se sienten bien, se empieza con el proceso de adopción plena, que rompe con el vínculo de origen e inician la vida con su nueva familia”.

También contó que en todo ese proceso se los acompaña con equipos interdisciplinarios “porque los chicos la mayoría de las veces no están acostumbrados a estar en familia y las dos partes tienen que hacerlo”.

“Hay chicos que nacieron con alguna discapacidad y que estuvieron toda su vida hasta cumplir los 18 años en estos dispositivos, o grupos de hermanos que se tuvieron que disgregar y el más grande se queda hasta cumplir la mayoría de edad”, señaló la asesora, y relató que para esos casos, existe un programa de egreso asistido (PAE) que comienza a los 13 años y va hasta los 17, “donde se les fortalece la autonomía”, reciben cursos de oficios “y el día de mañana puedan valerse por sus propios medios”.

Al cumplir los 18 años egresan de los dispositivos de la provincia con una asignación del 80% de un salario mínimo vital y móvil, “con eso tienen que alquilar un cuarto y buscar su vida”. Para ellos, hay un convenio con la Universidad Católica, que otorga cinco becas por año, “y si ellos estudian se les extiende hasta los 25 años”.

“Uno no se concientiza de lo bien que podemos hacer a un chico o un grupo de chicos, porque muchos de ellos vienen de contextos muy feos, de abusos, violencia o en contextos de drogas y alcohol y les podemos cambiar la existencia”, resaltó.

Pero aclaró que los hogares hoy ofrecen buenas condiciones, “tienen (la obra social del) IPS, y se les hacen todos los controles”, pero además se los escolariza en los establecimientos más cercanos al Hogar, “y si en algún caso se les puede tramitar la Asignación Universal, se la hacemos y le abrimos una cuenta judicial para el día que ellos egresen”.

Para finalizar, la tutora oficial recordó que los interesados para las convocatorias automáticas o para inscribirse en el Registro de Aspirantes a Guardas con Fines de Adpoción, se pueden comunicar con la Secretaría Tutelar al 4258026 de 8 a 13.