Después de la derrota del domingo en las PASO, el oficialismo vivió un día intenso. Desde el entorno del Presidente adelantaron que impulsarán una batería de anuncios económicos con el objetivo de remontar lo que entienden fue un "voto bronca", generado principalmente por el deterioro de las condiciones materiales de la clases medias y bajas en los últimos años. Aunque en el Gobierno aseguran que las modificaciones tendrán que ver con las políticas y no con nombres, desde sectores del Frente de Todos ligados a la vicepresidenta reclaman un recambio de caras en el gabinete, sobre todo el área económica. Los ministros Martín Guzmán (Economía), el de Producción Matías Kulfas, Claudio Moroni de Trabajo y Matías Lammens de Turismo y Deporte, figuran entre los más cuestionados. Inlcuso hasta se barajan nombres de los posibles reemplazantes.

La primera aparición de Fernández después de la derrota puede leerse, en parte, como un gesto de respaldo a sus funcionarios. El lunes al mediodía presentó un proyecto de ley para apoyar el crecimiento de empresas nacionales en sectores estratégicos de la economía y en el acto, que se llevó a cabo en el Museo del Bicentenario, le dio protagonismo a dos de sus ministros más cuestionados por estas horas: Kulfas y Guzmán. Pero eso no detuvo la aparición de posibles reemplazantes. Por caso, por Guzmán suenan los nombres del actual ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la provincia de Buenos Aires, Augusto Costa, y el del economista Emmanuel Álvarez Agis, quien fue viceministro del actual gobernador bonaerense, Axel Kicillof. Desde Casa Rosada argumentan que Guzmán tiene una gran tarea por delante con el FMI. Cerca del ministro agregan que "seguimos trabajando y gestionando como siempre", y que Guzmán está elaborando, junto a su equipo y el de la Jefatura de Gabinete, el Presupuesto 2022.

Los derrotados

Desde Casa Rosada insisten en que la derrota no es solo del Presidente. "Perdimos todos" es el mensaje que resonó todo el día en Balcarce 50. Argumentan que los resultados también fueron un mensaje para el kirchnerismo, ya que se perdió en distritos como PBA, el municipio de Quilmes y Santa Cruz, entre otros, y también para el massismo que perdió en Tigre y Chubut, donde gobierna Mariano Arcioni, cercano a Sergio Massa. En ese sentido, el entorno de Fernández dejó trascender que si había que hacer cambios de gabinete, en tal caso no solo habría que hacerlos a nivel nacional, sino también provincial. Desde PBA expresan que no están de acuerdo con esa idea y que "el problema no son los nombres, sino que hay que mejorar las políticas y la gestión porque la gente necesita respuestas". "Primero las políticas, después vemos los nombres", agregan.

"El Presidente se pondrá la campaña al hombro", aseguran desde su entorno, y señalan que recorrerá el país en los próximos meses. Este lunes Fernández almorzó con su denominada "mesa chica política territorial", compuesta por Cafiero, Zabaleta y Katopodis y allí el mensaje fue que el mandatario se pondrá al mando de la campaña para intentar en estos dos meses que quedan hasta los comicios de noviembre dar vuelta la elección. La idea es "volver a las bases" y "estar muy cerca de la gente", explican.

Paralelamente habrá una batería de anuncios económicos y vinculados al empleo para que las clases medias y bajas sientan cambios en el bolsillo y mejore su calidad de vida, que se vio claramente perjudicada por la pandemia y por la crisis económica que dejó la gestión del gobierno del ex presidente Mauricio Macri. "Esta elección fue una cachetada económica, pero en los próximos meses el país se va a ir recuperando y eso la gente lo va a notar", repiten en los pasillos de Casa Rosada.

Desde otros sectores del frente ligados al movimiento obrero opinan que "el Gobierno tiene que cambiar, independientemente de que nos den los tiempos o no para noviembre. Si en noviembre se muestra vocación de mover la aguja en donde la dejó clavada la desigualdad y la pobreza que tenemos hoy en Argentina, va a achicar la brecha, pero además va a construir la capacidad de gobernar mirando el 2023 y pensando que tenemos que ganar esa elección".

Desfile

Por la tarde la Casa Rosada fue un desfile de ministros que se dirigían a la oficina de Cafiero. El jefe de Gabinete recibió cerca de 10 titulares de las distintas carteras entre las que estuvo Moroni, Nicolás Trotta de Educación, Carla Vizzotti de Salud, Lammens, Jorge Ferraresi de Desarrollo Territorial y Hábitat, entre otros. Con todos ellos el Jefe de Gabinete organizó la agenda para las próximas ocho semanas y les pidió que de cada una de ellas formen parte los distintos precandidatos. Desde la cartera de Moroni aseguraron que estuvieron delineando sobre varias medidas que lanzarán estas semanas y en otras que ya tenían planificadas antes de las elecciones, todas vinculadas al empleo, capacitación y planes para los jóvenes. 

Pero las reuniones para conversar sobre cómo revertir la derrota no comenzaron el lunes. Luego del discurso del domingo por la noche, el Presidente se fue a la quinta de Olivos donde cenó con el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello, Cafiero y el vocero presidencial, Juan Pablo Biondi. Cristina Kirchner también se fue en su auto ni bien terminó el acto. Pero en el Centro Cultural C, que ofició de búnker oficialista, siguieron las reuniones. En una sala se juntaron Kicillof, Máximo Kirchner, Andrés Larroque, el ministro del Interior, Eduardo De Pedro, el ministro de Desarrollo Juan Zabaleta y de Obras Públicas, Gabriel Katopodis. También estuvo un rato Massa. Zabaleta y Katopodis se fueron rápido y Axel se quedó hasta la madrugada con Máximo, Larroque y De Pedro. Massa, tras estar un rato en esa mesa, estuvo reunido con todos los representantes de su espacio, el Frente Renovador, que habían ido al bunker desde las distintas provincias. Allí conversaron sobre los resultados y hubo autocríticas, pero según explicaron fuentes del gobierno, no se delineó una estrategia, sino que "se pusieron cosas en común".