Si cada show de Los Auténticos Decadentes es una apología de la fiesta, el de este sábado, en el estadio Obras, estuvo al límite de la sobredosis. Especialmente por su intensidad. Pero también por el déficit de ejercicio recitalero. En él último año y medio pasó de todo. Se sabe y se padeció. La vuelta de la banda a los escenarios fue una especie de desahogo. Tanto para el público como para los músicos, quienes secuestraron a un múltiplo de cinco para inventarse una excusa para el reencuentro: la celebración de los 35 años de su primera presentación en vivo. Su acta de fundación. Antes de que Cucho Parisi, uno de sus frontman, hiciera alusión a esa sensación, el grupo comenzó puntual, a las 21 hs, con una maratón de hits que pisó las dos horas.

No tuvieron mejor manera de inaugurar la performance que con su canción manifiesto: “Somos”, a la que le siguieron “Cómo me voy a olvidar”, “Pendeviejo” y “Enciendan los parlantes”. Una detrás de otra sin parar, y con un público prendido fuego que aumentaba la combustión a medida que avanzaba el repertorio. Antes de que hicieran “Los piratas”, Parisi avisó: “Llegó el día”. Después de compartir las emociones encontradas que experimentaron en estos meses, el cantante destacó: “Extrañamos el aplauso”. Entonces el “chocolatero” Jorge Serrano, tras ser introducido, tomó las riendas del show para interpretar un popurrí de “Corazón” y “Amor”, secundado por el de “Diosa” y “Viviré por siempre”.

A partir de esa curva, Serrano le pasó el testigo a Diego Demarco. Apenas lo agarró, el violero y cantante despachó “La prima lejana”, “Besándote” y “El gran señor”. Ahí volvió Parisi a escena para estrenar en vivo el nuevo tema de los Decadentes. Si bien es cierto que es el primer single de su próximo álbum de estudio, A.D.N., se trata de uno que se saben todos: “Los viejos vinagres”. Se esperaba que para el cover del clásico de Sumo apareciera Roberto Pettinato como invitado. Sin embargo, sólo se lo pudo ver en el video de la canción, proyectado en la pantalla de fondo. Para ese tramo del cumpleaños, que en Buenos Aires tiene revancha en el mismo aforo el 2 de octubre, la banda desenfundó “La marca de la gorra”, “Ya me da igual” y “Vení Raquel”.

“¿Cómo la están pasando”, preguntó Parisi, previo a “El murguero”. Frente al aval de la muchedumbre, el músico dio vía libre: “¡Qué siga la fiesta!”. Pero había que esperar algunos temas más para eso. Es que se venía el momento romántico de la noche, amenizado por Serrano, quien arrancó con “Osito de peluche de Taiwán”. Para la siguiente canción, apareció en la pantalla Julieta Venegas, con la que hicieron “No me importa el dinero”. Pero el clímax de ese pasaje sucedió con “El pájaro vio el cielo”. “El jorobadito” fue versionado por Attaque 77 en su disco Otras canciones, gesto que fue devuelto por los Decadentes con su cover de “Beatle”. El relato del show incluyó, a continuación, ese toma y daca.

“Skabio”, “El dinero no es todo” y “Gente que no” fueron dándole forma al cierre. Antes de que explotara esa olla a presión en la que devino Obras, Parisi recordó el primer recital que dieron ahí, en 1998, cuando sacaron Cualquiera puede cantar. Apareció una torta de cumpleaños en escena, también le cantaron el cumpleaños a su trompetista Capanga, y hasta hubo chance de recordar el paso del percusionista Gastón Bernardou por MasterChef. Luego se despidieron con “La guitarra”. Pero era sólo un amago, porque regresaron al escenario para sellar el festejo, al mejor estilo Decadente, con “Loco tu forma de ser”, “Siga el baile” y “La banda sigue”. “Somos un viaje de egresados perpetuo”, describió Parisi. Y el sábado lo demostraron. Como nunca antes.