En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, acusó al gobierno de Estados Unidos de "recrudecer" el bloqueo vigente desde hace más de medio siglo en el marco de una "guerra no convencional" que tendría como objetivo "borrar" la Revolución iniciada por Fidel Castro. En su intervención virtual durante el 76º periodo de sesiones de Naciones Unidas, Díaz-Canel aseguró que Estados Unidos usa las sanciones económicas como un instrumento central de su política exterior para amenazar y presionar a otros países. El mandatario cubano reiteró la solidaridad de su gobierno con los de Venezuela, Nicaragua y otros aliados internacionales.

Díaz-Canel pronunció un discurso pregrabado en el que acusó a Estados Unidos de promover "un peligroso cisma internacional" y de hacerlo "con el pernicioso uso y abuso de las medidas de coerción económica", en alusión a las sanciones promovidas o mantenidas por las diferentes gestiones estadounidenses. Washington "amenaza, extorsiona y presiona a Estados soberanos para que se pronuncien y actúen contra aquellos que identifica como adversarios", destacó el mandatario cubano.

"Durante más de 60 años, el gobierno de Estados Unidos no ha cesado ni un minuto en sus ataques contra Cuba", planteó Díaz-Canel y agregó que el bloqueo económico "se ha recrudecido" con Biden en la Casa Blanca. "Se lanza contra nuestro país una guerra no convencional", aseguró el presidente de Cuba y se refirió a supuestos "fondos multimillonarios" que van a parar a "campañas de manipulación" con el objetivo de proyectar "una imagen absolutamente falsa de la realidad cubana".

Díaz-Canel, quien no aludió directamente a las históricas protestas de julio en Cuba, que en su momento consideró que estaban orquestadas desde Washington, expresó que "Cuba no le teme a la mentira ni se arrodilla ante presiones", lamentando que Estados Unidos no acepte alternativas "al modelo que conciben para su patio trasero".

El presidente cubano aprovechó su discurso para cuestionar el papel de Estados Unidos en otros escenarios y señaló que "Naciones Unidas no puede ignorar la lección de Afganistán", donde quedó de manifiesto que "no se puede prevenir ni combatir el terrorismo con bombas" y que "la ocupación solo deja destrucción".

"Donde Estados Unidos interviene, se incrementa la inestabilidad, las muertes, el sufrimiento y quedan cicatrices perdurables", indicó Díaz-Canel. El presidente cubano aprovechó su discurso para salir en defensa de otros gobiernos como el de Nicolás Maduro en Venezuela o el de Daniel Ortega en Nicaragua, sobre quien considera que "defiende valiente y dignamente sus logros frente a las amenazas y acciones injerencistas del gobierno de Estados Unidos".

En relación a la pandemia de coronavirus, Díaz-Canel advirtió que agudizó la desigualdad mundial y demostró el fracaso de las "recetas neoliberales", ya que mientras "las naciones ricas, las élites y las transnacionales farmacéuticas aumentan beneficios", hay efectos "incalculables" que "no serán efímeros" para los ciudadanos más vulnerables.

El primer secretario del Partido Comunista de Cuba dijo que las vacunas son la "esperanza" en este contexto, aunque "cientos de millones de personas en países de bajos ingresos aún esperan la primera dosis". El 40 por ciento de la población de la isla ya completó el esquema de tres dosis de las vacunas cubanas Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus, y las autoridades aspiran a alcanzar la "inmunización total" a fin de año.