A los siete años, Carlos Correa recibió, como regalo por parte de su madre, una revista con la imagen de los planetas. Desde ese momento, su interés por el Universo y su evolución fue creciendo, estudió Astronomía y recientemente fue galardonado con un premio internacional por su tesis doctoral sobre vacíos cósmicos.

Casi como le sucede a la mayoría de los adolescentes, Correa también tuvo sus dudas al momento de elegir una carrera universitaria, una vez terminado el secundario. Se inscribió en Ingeniería, pero un año después -y como consecuencia de una crisis vocacional-, tomó valor y comenzó Astronomía en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

“En ese momento me dije a mí mismo ‘La vida es una sola’, y decidí cumplir con mi vocación”, recordó Correa en diálogo con el Suplemento Universidad. Destacó, además, el apoyo que recibió de parte de sus padres cuando finalmente resolvió cambiar de carrera.

Oriundo de Salta, el investigador vive hace 14 años en Córdoba donde se graduó como Licenciado en Astronomía y este año completó su Doctorado con una beca del Conicet. Gracias a su trabajo doctoral, en julio fue galardonado con el premio a la mejor tesis en el área de gravitación clásica por el South American Institute for Fundamental Research (ICTP-SAIFR), un centro sudamericano de física teórica creado en colaboración con el Abdus Salam International Centre for Theoretical Physics (ICTP), ubicado en Italia, la Universidad Estatal de São Paulo (UNESP) y la São Paulo Research Funding Agency (FAPESP).

El tema central de su tesis fueron los denominados “vacíos cósmicos”, que quedan en el Universo cuando las galaxias se agrupan y conforman estructuras. La importancia de su estudio está vinculada con el interés de comprender cómo y por qué se produce la expansión del Universo de forma tan rápida y acelerada.

Correa indicó que, de acuerdo a lo establecido en el plano teórico, habría un nuevo componente energético en el Universo identificado como “energía oscura” y que sería el responsable de su expansión acelerada. En este punto, los vacíos cósmicos juegan un rol de intermediarios entre los investigadores y la energía oscura, por lo que estudiar sus propiedades físicas permitiría, de forma indirecta, entender más sobre la naturaleza oscura.

Justamente en su trabajo doctoral, el astrónomo de la UNC logró modelar de forma teórica – a través del diseño de un testo cosmológico- cómo son las propiedades físicas de esas estructuras, para luego poder contrastarlas con otros experimentos observacionales. “Todavía no sabemos, a ciencia cierta, qué es la energía oscura, pero cada vez nos acercamos un poco más a entenderla”, aseguró.

Correa consideró que el reconocimiento a su tesis se debe a “los impactos de los resultados y la consistencia de lo investigado. Desde el principio hasta el final no es una mezcla de temas diversos, sino que todo está correlacionado”. El premio consiste en un certificado, una dotación económica y la invitación para presentar su trabajo en el congreso del ICTP-SAIFR sobre gravedad clásica y aplicaciones que se realizará el año próximo en San Pablo.

El astrónomo destacó que en Argentina hay “muy buen nivel científico”, pero advirtió que el inconveniente al que se enfrenta la mayoría de los investigadores es que “no tiene otra salida más que la académica” cuando en otros países hay otras alternativas, como trabajar en el sector empresarial. “Me gustaría que suceda lo mismo acá, para ampliar el abanico de posibilidades y que la única salida no solo sea la investigación y la docencia”, subrayó.