El ilustrador y diseñador británico Olly Gibbs le ha cambiado la cara a la historia. O, más bien, a históricos retratos expuestos por el Rijksmuseum (léase, el Museo Nacional de Ámsterdam), en Países Bajos, casa de estimadas piezas de Rembrandt van Rijn, Frans Hals, Jan Vermeer, Piero di Cosimo, Peter Paul Rubens, entre otros. Sucede que, apenas armado con su smartphone, el artista inglés visitó la institución, gatilló óleos y esculturas, y procedió luego a modificar las imágenes con la popular aplicación FaceApp, que –inteligencia artificial mediante– modifica rostros  según el usuario disponga (quitándole años, agregándole años, volviéndolo “más atractivo”). De las opciones disponibles, eligió la que pone amplias sonrisas en los serios rictus de los fotografiados, “alegrando el aspecto sombrío de obras de antaño”, como advierte hoy el ocurrente y viralizado autor, que posteó las actualizadas expresiones vía Twitter, volviéndose sensación automática. Y recibiendo, colmo de la fortuna, el visto bueno del mismísimo museo, que opinó con gracia: “Qué divertido ver tantas caras conocidas sonriendo”. “Cuenta Gibbs que la idea fue, en realidad, de su novia, pero que los resultados fueron tan perfectos que no pudo parar y pronto tuvo una extensa galería online con metamorfoseados personajes del viejo mundo”, relata la web Mashable sobre un proyecto que, a juzgar por el entusiasmo generalizado, podría continuar poniendo sonrisas en caritas que ciertamente no se lo esperaban.