Producción: Natalí Risso

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Terreno de incertidumbre

Por Nicolás Pertierra (*)

Las metas del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que fueron definidas durante el mes de febrero y presentadas al Congreso en marzo, tienen tres grandes ejes macroeconómicos para este año: déficit primario del Sector Público Nacional de 2,5 por ciento del PBI, asistencia financiera del Banco Central al Tesoro por 1 por ciento del PBI y acumulación de reservas netas por 5.800 millones de dólares. A su vez, estas metas tienen valores concretos a fin de cada trimestre, al terminar marzo, junio, septiembre y diciembre.

El rol de las metas es central en el acuerdo. Macri dejó vencimientos con el FMI por casi 20.000 millones de dólares este año y otro monto equivalente el año que viene, que no se pueden cumplir si no se reciben nuevos desembolsos del Fondo. En criollo, estamos tratando de levantar los cheques que dejó la administración anterior con nuevos cheques a plazo más largo. Pero no nos aceptan el cambio así nomás. Los desembolsos están atados a la condición de cumplir las metas acordadas. Si el FMI no nos hace los desembolsos durante 2022 y 2023, no tenemos margen para cumplir esos vencimientos siderales con nuestras propias reservas. Por lo tanto, caeríamos en poquísimo tiempo en incumplimientos y atrasos con el FMI.

Desde que empezó a regir el acuerdo, la probabilidad de cumplir las metas se fue reduciendo por distintos motivos. El impacto de la suba en los precios internacionales de los alimentos y de la energía obligó a relegar el objetivo de déficit fiscal. Razonablemente, se priorizó la situación de los sectores más afectados por la suba en la canasta básica y se absorbió la fenomenal suba en los costos de la energía sin trasladarlo a los usuarios y usuarias residenciales. En el último informe de Ejecución Presupuestaria del CESO se observa que el gasto del gobierno nacional viene incrementándose a un ritmo del 75 por ciento interanual al mes de mayo, por arriba de la inflación y de la recaudación. Si observamos en particular los recursos destinados al Potenciar Trabajo se incrementaron 154 por ciento, los subsidios energéticos 125 por ciento y la Tarjeta Alimentar 82 por ciento.

En el frente financiero, para no tener que recurrir al financiamiento del Banco Central el Tesoro tendría que conseguir un volumen de deuda en el mercado privado considerablemente superior a los vencimientos que tiene en este año. Sin embargo, ese rollover empezó a dificultarse en las últimas semanas.

Como respuesta, el Gobierno recurrió a algunos “trucos” contables que dan más margen para cumplir las metas, todos válidos y lógicos pero que era esperable que se utilizaran en la segunda mitad del año y no cuando recién arrancó a funcionar el acuerdo. La contabilización como ingresos en concepto de “Otras rentas de la propiedad” por 0,3 por ciento del PBI alivia la meta fiscal.

La relación con el Fondo va a entrar en un terreno de incertidumbre cada vez mayor en las próximas revisiones en la medida que se dificulte el cumplimiento de las metas. A todo esto cabe preguntarse ¿Qué pasa si no cumplimos las metas? El terreno en el que se entra en ese caso es en el de la discrecionalidad. Para Macri, no tuvo ningún costo. No llegó a cumplir la primera meta fijada en 2018 y a pesar de eso logró un nuevo acuerdo que incluyó un financiamiento todavía mayor - pasó de los 50.000 a los 57.000 millones de dólares - y se adelantaron los desembolsos más grandes. Pero a este gobierno nada le garantiza la benevolencia que el board del FMI tuvo con Macri.

(*) Economista Jefe del CESO.

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Hace falta un giro

Por Pedro Martínez Gerber (*)

Argentina va en camino a pedir un waiver para superar la segunda revisión del acuerdo firmado con el FMI en marzo de 2022. Si bien todavía quedan dos semanas para que finalice el segundo trimestre, el país se encamina a incumplir por lo menos 2 de las 3 metas fijadas para este período del año. El mismo staff del Fondo lo reconoce en el último comunicado emitido el 8 de junio, cuando señaló que se propusieron modificaciones en las metas trimestrales, especialmente en la fiscal y en la de acumulación de reservas internacionales.

¿Por qué no se cumpliría con las metas establecidas? En el frente fiscal, el gasto viene creciendo a un ritmo muy superior a los ingresos. Por un lado, la suba de precios internacionales por la guerra impactó de lleno en los egresos por subsidios energéticos. Por el otro, la aceleración de la inflación llevó a una actualización en las partidas de prestaciones sociales y salarios públicos. La consecuencia es que el déficit primario no está reduciéndose en la medida en la que se esperaba y, salvo algún ingreso inesperado, no se cumplirá con la meta del segundo trimestre (-0,8 por ciento del PIB). En cuanto a la meta de acumulación de reservas internacionales netas, el BCRA todavía se encontraría a 2.500 millones de dólares del objetivo trimestral. La tercera meta, la de financiamiento monetario al Tesoro, se cumplirá porque el Tesoro utilizó el financiamiento neto que obtuvo del FMI para cancelar deuda con el BCRA y así ampliar el cupo de asistencia monetaria. El acuerdo permite el uso de este recurso pero no es una buena noticia que se haya utilizado en el primer semestre del año.

El pedido de waiver no es una noticia sorprendente, es algo que se empezó a pricear una vez que se observaron los efectos de la guerra sobre la economía argentina. La novedad es que aún cuando podría haber una revisión de las metas trimestrales, los objetivos anuales se mantendrían inalterados, según lo que comunicó el FMI. Esto significa que Argentina tendrá que alcanzar -2,5 por ciento de déficit primario en 2022, acumular 5.800 millones de dólares de reservas internacionales netas y el financiamiento monetario al Tesoro no podrá superar 1 por ciento del PIB. La única forma de que se cumplan las metas anuales sería con un giro en la política económica.

En el frente fiscal el Gobierno tiene que conseguir una fuente extra de ingresos y/o reducir el gasto. Aún incorporando un menor egreso por subsidios, el gasto previsional, en salarios públicos y en infraestructura viene mostrando un crecimiento por encima de la inflación con lo cual la dinámica actual no es compatible con un déficit de -2,5 por ciento. En el comunicado del fondo hay una pista, cuando se señala que “las autoridades planean reorientar el gasto público para lograr la meta de déficit fiscal primario”.

La meta de acumulación de reservas internacionales netas parece, a priori, la más difícil de cumplir dado el contexto actual. Por cuestiones estacionales, el BCRA suele tener su mejor resultado en el mercado cambiario durante los meses de abril, mayo y junio, el trimestre donde se concentra la mayor liquidación de divisas del sector oleaginoso-cerealero. Entre agosto y octubre la oferta de divisas se vuelve más escasa y el BCRA suele tener un resultado negativo. Si con liquidación de divisas récord por parte del agro durante el primer semestre del año el BCRA no logró cumplir la meta de acumulación de reservas internacionales netas, ¿por qué va a comprar divisas en el segundo semestre donde la estacionalidad no lo beneficia? Para cumplir con el objetivo, el BCRA deberá afectar la recuperación de la actividad económica, sea a través de un endurecimiento del cepo o con un salto en el tipo de cambio que permita mayor acumulación de reservas.

Por último, la meta de asistencia monetaria, si bien puede flexibilizarse gracias al uso del financiamiento neto recibido por el FMI, dependerá de la profundidad del déficit y de la capacidad del Tesoro de refinanciar su deuda. La corrida contra la deuda en pesos es un reflejo de las complejidades que enfrenta el Tesoro para financiarse.

En resumen, si el Gobierno quiere cumplir el acuerdo con el FMI y seguir recibiendo los desembolsos para cancelar los compromisos derivados del acuerdo firmado en 2018, deberá hacer un giro en su política económica. La falta de determinación política para avanzar sobre los subsidios energéticos, reducir la brecha cambiaria y aplicar una política monetaria-financiera consistente, tiene consecuencias. La recuperación económica se verá resentida durante el segundo semestre.

(*) Director del Área Macro PxQ Consultora.