La definición de las nuevas autoridades de la Universidad Nacional de Cuyo quedó en manos de la Justicia Federal. La jueza de primera instancia de Cuyo, Susana Pravata, decidió aceptar una medida cautelar planteada por la lista opositora Compromiso Universitario --un frente de peronistas e independientes-- por entender que se violaron los reglamentos electorales para favorecer a quienes hoy gobiernan la UNCu --una coalición encabezada por Juntos por el Cambio, con el respaldo del dirigente radical y exgobernador Alfredo Cornejo--.

Los comicios para elegir rector/a y decanos/as en la UNCu se realizaron el pasado 9 de junio. Junto a la de Córdoba, la universidad con asiento en Mendoza es una de las pocas --entre las grandes e históricas casas de altos estudios nacionales-- que cuenta con voto directo (es decir no hay colegio electoral). Es un sistema ponderado por claustro (aproximadamente 50 por ciento docentes, 30 por ciento estudiantes, 12 por ciento egresados y 8 por ciento no docentes) y por facultad (cada facultad vale lo mismo) además de paridad de género en las fórmulas elegibles.

La versión universitaria de Cambia Mendoza (UCR, PRO, Libres del Sur, socialismo), denominada Interclaustro, gobierna desde 2014 encabezada por actual rector, el ingeniero Daniel Pizzi, quien termina su mandato y no puede optar por la reelección.

A las elecciones se presentaron dos fórmulas: la oficialista Interclaustro, compuesta por la decana de la Facultad de Ciencias Económicas, Esther Sánchez y el profesor Gabriel Fidel, por un lado, y la opositora Compromiso Universitario, que encabezan la exdecana de la Facultad de Filosofía y Letras Adriana Garcia y al actual decano de Artes y Diseño, Arturo Tascheret. La lista opositora cuenta con el respaldo del Frente de Todos y el apoyo de sectores independientes.

El problema se generó cuando trece horas antes de la elección, es decir el miércoles 8 junio a las 19, la Junta Electoral (que domina el oficialismo) emitió la resolución 21/2022 en la que estableció que los votos blancos no son válidos, por lo que no deberían contarse. La medida implicó un cambio de las reglas en relación con lo actuado en los procesos electorales de 2014 y de 2018, cuando sí se tuvieron en cuenta los votos en blanco. Según las autoridades, la decisión se debe a que en esta oportunidad solo se presentaron dos listas. En virtud de ello la votación debería quedar concluida en la primera vuelta. A lo anterior se suma también que no se precisa desde cuándo rige el nuevo criterio.

Ante el cambio de reglas de juego a horas de los comicios, la lista opositora Compromiso Universitario interpuso un recurso denunciando el hecho, ese mismo día y con anterioridad al inicio de la votación.

Concretada la elección, la misma dio como resultado: 48,8 por ciento para la oficialista Interclaustro y 45,5 por ciento para la opositora Compromiso. Hubo un 5,7 por ciento de votos en blanco. Sin contar los votos en blanco, el escrutinio arroja un resultado diferente: 51,5 por ciento para Interclaustro y 48,5 por ciento para Compromiso. Como el estatuto de la UNCu establece que en primera vuelta gana quien tiene la mayoría absoluta (50 por ciento más 1) de los votos válidos, el debate sobre los blancos se tornó central.

El no escrutinio de los votos en blanco en una diferencia tan ajustada hizo que la lista opositora desconozca el resultado, pida el ballottage y solicite al Consejo Superior de la universidad que trate el recurso interpuesto ante la Junta Electoral. Ante la falta de respuesta que, según la oposición, intentaba instalar una fórmula ganadora, Compromiso Universitario presentó un pedido de cautelar que fue admitido por la jueza de primera instancia del fuero federal de Cuyo, Susana Pravata.

A pesar de ello el Consejo Superior de la universidad sesionó el miércoles pasado y con mayoría del oficialismo mantuvo la resolución de la Junta Electoral con 24 votos a favor, 18 en contra y 2 abstenciones. Así planteadas las cosas a nivel institucional resta ver qué medidas tomará la Justicia Federal que entiende en el caso.