Hace exactamente 36 años, un 22 de junio de 1986, Diego Maradona sorprendía al mundo con sus dos goles más icónicos: La mano de Dios y el Gol del Siglo. Ambos contra Inglaterra, en el Estadio Azteca, por los cuartos de final, que le permitieron a Argentina levantar la segunda Copa Mundial.

Así lo recordó esta mañana Víctor Hugo Morales, quien junto a Maradona también saltó esa tarde a la inmortalidad. En su caso, por los dos extraordinarios relatos que acompañaron las jugadas.

Esta historia compartida que tienen ambos respecto a este partido y, particularmente, al segundo gol de Maradona, los llevó a conversar en alguna entrevista del tema. Una de esas charlas, en 2011, quedó en la memoria de los argentinos: allí el Diez reveló los secretos detrás del Gol del Siglo

Los secretos del gol del siglo

- Víctor Hugo: ¿Usted cómo ve la jugada?

- Diego Maradona: La jugada la veo muy clara. Me ayudó el hecho de que los ingleses no iban al roce y que estaban un poco cansados. Cuando corro hacia el arco, Terry Fenwick no se decidía si ir a cerrar mi posible pase para Burru o Valdano o a salirme al cruce. Entonces tomé la decisión de amagar que iba a meter el pase. Cuando Fenwick hace el paso para la derecha yo se la tiro al ladito del pie izquierdo. Después fue algo muy rápido.

Fue algo muy cantado porque yo en el estadio de Wembley había hecho una jugada parecida, pero que no terminó en gol. En aquella oportunidad, cuando vine a Buenos Aires mi hermano Hugo me dijo que tenía que haber gambeteado. Eso me quedo siempre en la cabeza.

En ese momento pensé pegarle tres dedos al segundo palo, pero como lo vi a Peter Shilton tan grande, pensé amagarlo otra vez. Lo amagué y Shilton hizo algo de novato.

No sabia qué hacer, si taparme, si tirarse a mis pies o hacerme penal. No sabía qué hacer y se quedó parado en una forma muy recta. Eso me permitió a mí tocarla para el costado y empujarla con tres dedos adentro del arco prácticamente desde el área chica.

Después me comí una patada del grandote rubio. Una patada impresionante pero con la alegría del gol ni la sentí. La sentí después del partido cuando estábamos en el vestuario.

- Víctor Hugo: Qué fácil que fue, qué sencillo. Querido Diego, el amor y el cariño de siempre para usted por parte de toda la gente y por supuesto por parte de este relator tan agradecido a la vida por haber estado allí viendo al más grande de todos los tiempos.

- Maradona: Muchas gracias. Le agradezco por todo. Quiero que sepa que su lucha es mi lucha. Acá estamos para cuando me necesite Víctor Hugo.

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