Silvina Batakis cumplió con la formalidad que exige la ansiedad mediática y la histeria de los denominados "mercados": presentar a la sociedad un paquete de medidas económicas. La ministra de Economía no dijo sustancialmente algo muy diferente a lo que ya había expresado en reportajes en la primera semana de gestión. Pero se sabe que el sensible estado de ánimo de una población víctima de la exacerbación de miedos exige un firme liderazgo en la conducción económica para intervenir en la construcción de expectativas.

Esto es lo que hizo Batakis en la conferencia de prensa previa a la apertura de los mercados. De este modo se han desplegado los tres pasos iniciales imprescindibles de cualquier gestión económica:

  1. Acuerdo y apoyo político. Luego de la renuncia de Martín Guzmán, el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner retomaron el indispensable diálogo para mantener a flote la coalición de gobierno. La elección de Batakis como ministra contó con este necesario marco político de recuperación de la convivencia, aunque sea bajo tensión divergente en las miradas sobre los acontecimientos.
  2. Consolidación de un equipo de trabajo entre funcionarios que tienen injerencia en la cuestión económica. Batakis brindó la conferencia de prensa junto a los ministros de Agricultura, Julián Domínguez, de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, y de Turismo, Matías Lammens, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont. En este elenco, con directa responsabilidad en áreas económicas clave, no queda claro el motivo de la presencia de Lammens, salvo que haya sido un gesto hacia la vicepresidenta por las menciones al Pre-Viaje realizadas por ella en su último discurso. A esta altura resulta evidente que esta foto era de difícil realización con Guzmán a cargo del área económica.
  3. Exposición de los principales lineamientos del programa económico. Como se mencionó arriba, los iniciales ejes rectores ya habían sido mencionados por Batakis, pero en esta ocasión tiene la fuerza de la formalidad institucional, al realizarlos en una conferencia de prensa en el microcine del Palacio de Hacienda. Las siguientes fueron las definiciones más importantes:

  • No habrá una fuerte devaluación. Seguirá ajustando el tipo de cambio según la evolución de la tasa de inflación.
  • Continúa el acuerdo con el FMI.
  • La tasa de interés será positiva, o sea se ubicará por encima de la tasa de inflación anual.
  • La segmentación de tarifas se mantiene, aunque queda pendiente si será de la misma forma que la planteada por el ahora exministro Guzmán o habrá cambios.

A cada uno de estos puntos, Batakis le incorporó su mirada conceptual y medidas puntuales, en especial acerca de la cuestión fiscal. Esto último tiene dos destinatarios: el FMI, frente externo que el gobierno quiere preservar para evitar una profundización de la incertidumbre vinculada al stock de reservas, y el mercado financiero y bursátil, frente que en estas últimas semanas ha estado convulsionado, sobretodo en la plaza de los títulos públicos en pesos, que luego tuvo impacto en las cotizaciones de los dólares bursátiles (contado con liquidación y MEP). Situación que derivó en abusos en la remarcación de precios de bienes de la canasta básica de los hogares.

La respuesta inicial de las cotizaciones del dólar, acciones y bonos no fue de rechazo, lo que implica un freno a la corrida descontrolada de la semana pasada. De todos modos, esta pulseada será diaria y el Banco Central con Economía deberán dar esa batalla sin tregua. Una de las pruebas inmediata es la próxima licitación de bonos en pesos.

La renovación y colocación adicional de deuda en pesos es hoy una vía fundamental del financiamiento de las cuentas públicas. Por esto la ministra ratificó el complimiento de esos compromisos, además de la creación de un Comité Asesor de Deuda que evalúe, analice y haga propuestas en materia de deuda soberana en pesos. Si se cierra este grifo de recursos, evento que ha sido alentado por economistas del macrismo, colocaría al Gobierno en una posición de asfixia financiera con riesgo de colapso fiscal, con posterior descalabro político.

En ese sentido va la definición inicial de Batakis: "Necesitamos dar cierto orden y equilibrio a las finanzas públicas del Estado Nacional". Para luego agregar que "soy una persona que cree en el equilibrio fiscal y en la solvencia del Estado como promotor de la actividad económica". Con este marco conceptual avanzó con medidas fiscales puntuales de administración de recursos públicos.

En esta primera semana, luego de superada la crisis precipitada por la renuncia de Guzmán, fue tiempo de recomposición política y ahora de señales hacia el FMI y los denominados mercados. Si se logra, al menos, cierta estabilidad en ambos frentes, la tarea de Batakis deberá concentrarse en domar una tasa de inflación con riesgo de espiralización y, por lo tanto, en conseguir una mejora persistente de los ingresos de los sectores populares.

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