La Policía de Brasil concluyó que no hubo motivación política en el asesinato del tesorero de una filial local del Partido de los Trabajadores, Marcelo Arruda, el 9 de julio, en Foz do Iguaçu, al oeste del estado brasileño de Paraná.

El policía penitenciario Jorge Guaranho fue imputado por “homicidio agravado por torpeza” y causar “peligro común”, según informó este viernes la Policía Civil de Paraná tras la investigación, que finalizó este jueves. El agravante de "torpe", según juristas brasileños, se incluye cuando se considera que la motivación es repugnante o vil.

Arruda estaba festejando su cumpleaños número 50 con familiares y amigos en la sede de la Asociación Deportiva de Salud Física de Itaipú, que había sido decorada con elementos temáticos sobre la candidatura presidencial del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva y su partido. El atacante ingresó al local gritando consignas a favor del presidente, Jair Bolsonaro, y disparó contra Arruda.

El abogado de la familia de Arruda, Ian Vargas, dijo que sus defendidos entienden que hubo motivación política y se trata de un crimen de odio. Además, el representante señaló que “el informe presentado está lleno de contradicciones e imprecisiones”.

En la misma línea, la delegada jefa de la División de Homicidios y Protección de Personas, Camila Cecconello, señaló que el asesino “estaba tratando de provocar a la víctima. En este primer momento está muy claro que hubo una provocación por motivos políticos”, señaló a CNN Brasil.

La reconstrucción policial

El relato de la autoridad estatal señala que el policía bolsonarista se encontraba en un asado cuando se enteró de que en el club se realizaba una fiesta de cumpleaños con temática del partido de izquierda.

Según determinó la Policía, Guaranho fue informado de esto por un asistente del asado que pertenecía al club y tenía acceso a las cámaras de vigilancia. Mediante estas cámaras, supo que se estaba realizado una celebración en el lugar.

A raíz de esto, Guaranho dejó del asado para dirigirse al festejo en su automóvil, junto con su esposa y su bebé, haciendo sonar una canción de apoyo al presidente.

En ese momento, comenzó una discusión entre Guaranho con varios invitados y el tesorero respondió arrojando un puñado de tierra contra el vehículo. Después de eso, el policía abandonó la asociación.

Testigos dijeron a la Policía Civil que el asesino regresó a los 20 minutos porque se sentía humillado e ingresó al lugar a pesar de los intentos del portero para retenerlo. Ante la posible amenaza, el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) cargó su arma y apuntó contra el intruso.

Guaranho también sacó su arma de fuego y, a pesar de los intentos de calmar la situación de los invitados, disparó cuatro veces, dos contra el militante del PT, ocasionándole la muerte.

En el ataque, Guaranho también fue herido y todavía permanece internado.

Las reacciones al asesinato


El crimen había sido calificado como un crimen de odio bolsonarista por el PT. En un comunicado, el partido afirmó que Arruda fue víctima de la "intolerancia, el odio y la violencia política". 

"Mis sentimientos y solidaridad con la familia, amigos y compañeros de Marcelo Arruda", escribió Lula en Twitter y señaló que esto es consecuencia del discurso violento estimulado “por un presidente irresponsable”.

Por el otro lado, Bolsonaro pidió a “quienes practican la violencia contra los opositores” que se “cambien de bando y apoyen a la izquierda, que tiene un historial innegable de episodios violentos”.

Asimismo, el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourão, dijo que el asesinato “no es preocupante” porque crímenes de este tipo ocurren “todos los fines de semana en nuestras ciudades”.

El jerarca pidió que el homicidio no se utilice políticamente y descartó que el episodio tenga algún vínculo con la campaña electoral.