El equipo de la Policía Federal (PF) de Brasil que tiene bajo su responsabilidad la seguridad del líder izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva envió un documento a las superintendencias regionales con un listado de “adversidades” vinculadas a la protección del candidato presidencial en la campaña electoral.

Entre dichas “adversidades”, la nota policial menciona a “opositores radicalizados” y a las facilidades en el acceso a “armas de mayor letalidad producto de los cambios legales realizados en 2019”.

El documento interno de la PF es divulgado este martes 9 por el diario paulista Folha, que vincula esa última referencia a los cambios normativos que habilitó el gobierno de Jair Bolsonaro en materia de tenencia de armas.

La PF enumera una serie de antecedentes en materia de violencia política, como las amenazas de muerte contra dirigentes y los ataques que se han registrado durante actos de campaña.

Entre ellos aparecen el asesinato, el 10 de julio, de Marcelo de Arruda, el militante del Partido de los Trabajadores (PT) que fue baleado por un simpatizante bolsonarista en Foz do Iguaçu (PR) y el atentado con una bomba casera que se había registrado unos días antes durante un acto de Lula en Rio de Janeiro.

En ese marco, desde el comando de campaña de Lula alertaron por un aumento de las hostilidades contra el candidato y criticaron a Bolsonaro por sus “mensajes de odio”.

La seguridad de todos los candidatos presidenciales corresponde a la PF, pero no así en el caso del presidente Bolsonaro, cuya vigilancia está a cargo del Gabinete de Seguridad Institucional. Entre los aspirantes a la presidencia, Lula es el único cuyo nivel de protección fue calificado como “máximo” por las autoridades policiales.

"La garantía de elecciones libres presupone el mantenimiento de la seguridad física de los candidatos, sin la cual quedaría viciado todo el proceso electoral y consecuentemente el régimen democrático", escribieron los delegados de la PF en la nota que divulgó Folha.

Y luego agregan: “Garantizar la seguridad y protección del candidato, en especial de su vida, es, por tanto, una actividad de extrema relevancia para los responsables y de importancia estratégica institucional, y debe ser objeto de la más esmerada atención, planificación y ejecución”.