Al menos ocho manifestantes murieron hasta este miércoles en las protestas de los últimos días en Irán, según un recuento oficial de las autoridades y otro balance de un grupo de defensa de derechos humanos.

El enojo público estalló cuando las autoridades anunciaron el viernes la muerte de Masha Amini, de 22 años, luego de su arresto por la policía de la moral, encargada de hacer cumplir un estricto código de vestimenta para las mujeres.

Las protestas empezaron este viernes, en su provincia natal, Kurdistán, cuyo gobernador, Ismail Zarei Koosha, afirmó este martes que tres personas murieron, sin especificar cuándo. Como otras autoridades, culpó de las muertes a un complot del enemigo.

El miércoles, el comandante de la policía de Kurdistán, Ali Azadi, anunció la muerte de otra persona, según la agencia de noticias iraní Tasnim. Además, otros dos manifestantes murieron en la provincia de Kermanshah, indicó el fiscal de esa región, Shahram Karami, citado por la agencia de noticias Fars. "Desafortunadamente, dos personas murieron en disturbios ayer", dijo. "Estamos seguros de que esto es obra de agentes contrarrevolucionarios", agregó.

Además de esos decesos, el grupo de defensa de los derechos de los kurdos Hengaw, radicado en Noruega, indicó este miércoles que otros dos manifestantes habían muerto durante la madrugada en la provincia de Azerbaiyán Occidental. Las víctimas, de 16 y 23 años, murieron en las localidades de Piranshahr, donde se produjeron importantes enfrentamientos, y en la de Urmia, según Hengaw.

Otro manifestante, un hombre, que había sido herido en Divandareh, en Kurdistán, el 17 de septiembre, murió en un hospital, añadió el grupo. Sin embargo, no se sabe si se trataba del deceso reportado poco después por el comandante de la policía. Hengaw también informó que unas 450 personas habían resultado heridas y que cerca de 500 fueron arrestadas, unas cifras que no pudieron ser contrastadas con una fuente independiente.