Desde San Sebastián

Las mujeres vienen pisando fuerte en el circuito de festivales internacionales. En febrero pasado, la española Carla Simón ganó el Oso de Oro de la Berlinale con su drama social Alcarrás. Hace apenas dos semanas, la estadounidense Laura Poitras se llevó el León de Oro de la Mostra de Venecia por su documental All the Beauty and the Bloodshed, centrado en la vida de la fotógrafa Nan Goldin. Y este sábado la directora colombiana Laura Mora obtuvo la Concha de Oro de la edición 70 aniversario del Festival de San Sebastián por su segundo largometraje, Los reyes del mundo, la historia de cinco chicos de la calle de Medellín que emprenden un viaje sin certezas en busca de un futuro mejor.

Es el tercer año consecutivo que un film dirigido por una mujer consigue el máximo galardón de San Sebastián después de los triunfos de Beginning, de la georgiana Dea Kulumbegashvili, en 2020, y Blue Moon, de la rumana Alina Grigore, en 2021. Y es la primera vez en siete décadas de historia del festival que la Concha de Oro premia una producción colombiana. La directora, de 41 años, dedicó el premio “a todos aquellos que piensan que un futuro más justo es posible” y al festival de San Sebastián, donde inició su carrera con el Premio de la Juventud 2017 por su opera prima Matar a Jesús.

A su vez, el cine argentino cosechó dos premios del palmarés oficial. El reconocimiento a la mejor fotografía fue para Manuel Abramovich, además de camarógrafo también director de Pornomelancolía, retrato de un “sex influencer” mexicano que hace furor en las redes sociales pero no puede alejar a la tristeza de su vida. “Pienso que este premio puede ayudar a dar visibilidad a temas que para mí son relevantes y urgentes, como el trabajo sexual, el VIH, las minorías y las diversidades sexuales y todo lo que está fuera de norma”, señaló Abramovich desde el escenario de la enorme sala Kursaal de San Sebastián. “Y también quiero pensar que este premio puede ayudar a imaginar otras formas posibles de hacer cine”, agregó.

Por su parte, la adolescente Renata Lerman ganó el premio a la mejor interpretación de reparto por El suplente, dirigida por su padre Diego Lerman, la historia de un profesor universitario (a cargo de Juan Minujín) que toma una suplencia de Literatura en un difícil colegio secundario del conurbano bonaerense, sitiado por la pobreza y la droga. Y ya fuera de competencia oficial, la película Argentina, 1985, que participó de la sección Perlas, dedicada a films que pasaron antes por otros festivales, se llevó el codiciado Premio de Público, que le asegura distribución en salas de España.

El equipo de Argentina, 1985 en San Sebastián. (Imagen: Télam)

En representación de la película de Santiago Mitre, protagonizada por Ricardo Darín como el fiscal Julio César Strassera, subió al escenario del Kursaal el “Chino” Darín, uno de los coproductores del proyecto, que destacó “la importancia que tiene para nosotros que una película sobre la democracia reciba el premio del público”. Y enfatizó: “más en estos días, cuando los discursos de odio no respetan la democracia que supimos construir”.

“Como argentina, quiero decir: ¡ante todo, democracia!”, reafirmó la directora Albertina Carri, que lo sucedió en el uso de la palabra, cuando como presidenta del jurado de la sección Zabaltegi (que en euskera quiere decir zona abierta), dedicada a las películas más radicales del festival, le tocó anunciar el premio de su sección. Que fue para el que puede considerarse uno de los mejores films del año, Godland, del islandés Hlynur Pálmason, ya comentada unos días atrás en estas mismas páginas.

Como responsable del jurado, Carri señaló “la meticulosidad y el compromiso” del director con el tremendo viaje que inicia su protagonista, un sacerdote danés que a fines del siglo XIX es enviado por las autoridades de la iglesia luterana a predicar su fe en una tierra indómita y casi desierta, como era por entonces Islandia, en manos de Dinamarca. “Básicamente, fue la película que más nos conmovió de las muchas que vimos”, sintetizó Carri.

En otras secciones oficiales, fueron galardonadas Fifi (Francia), opera prima codirigida por Jeanne Aslan y Paul Saintillan, que conseguió el Premio New Directors, donde otro debut, Pokhar ke dunu para / On Either Sides of The Pond (India), de Parth Saurabh, recibió una mención especial. Tengo sueños eléctricos (Costa Rica), opera prima de Valentina Maurel, ganó el Premio Horizontes tras recoger en el Festival de Locarno las distinciones a la mejor dirección, a la mejor actriz y al mejor actor.

El Premio Nest, dedicado al cine de cortometraje y que contó con el director argentino Andres Di Tella como presidente del jurado, recayó en el cortometraje Montaña azul (Colombia), de Sofía Salinas y Juan David Bohórquez, alumnos de la carrera de cine de la Universidad Central de Colombia.

El gran ausente de los premios de esta edición 70 aniversario del Festival de San Sebastián fue el cine español, que tuvo una presencia masiva en todas las secciones, con cuatro títulos a falta de uno en la competencia oficial, y que se quedó con las manos casi vacías. La excepción fue el premio a la mejor interpretación protagónica para Carla Quílez, que con sus 15 años carga con toda la responsabilidad de La maternal, la película de la zaragozana Pilar Palomero dedicada a las madres adolescentes.