El secreto de la familia Greco (Netflix) es bastante conocido por la audiencia local. La historia de un grupo de secuestradores detrás de la fachada de una parentela modelo. Si resuena es porque se trata de la versión mexicana de los Puccio en general y de Historia de un clan en particular. No sucede en San Isidro sino en Jalisco, Alejandro aquí se llama Andy (Manuel Masalva) y en vez de rugbier es un muchacho “fresa” campeón de polo. Lo que se mantiene es la trama y tono espeso de este thriller basado sobre un hecho real. Producida por Underground, dentro del elenco se reconoce la presencia de Rafael Ferro y Luis Machin, más el contexto y clima de la Guadalajara de los ’80. “Tomamos el toro por las astas. El pilar de la historia, y su oscuridad, no son mexicanas o argentinas, es la historia de una familia con componentes sinestros”, apunta el protagonista de la miniserie.

La escena inicial, con la réplica del intento de suicidio de Andy genera un efecto extraño para quien haya visto la serie original. Se trata de una remake estricta y dura, que difiere apenas en matices. Más allá de esta refracción extraña, el nudo del relato sigue el mismo: el vínculo tóxico entre el mandamás (Fernando Colunga) y su hijo tan estrella como dominado. “Es una especie de Hamlet latino. Este “ser o no ser”, el conflicto con su padre y con sus sueños y circunstancias para un joven con una vida aparentemente normal que cambian de un día para otro”, completa Masalva.