La platea del anuncio del acuerdo de información tributaria con Estados Unidos fue, una vez más, una puesta en escena política del ministro de Economía, Sergio Massa. Esta vez, el funcionario seleccionó estratégicamente a un puñado representativo de empresarios de mucho peso que utilizó como una validación del establishment a un proceso que busca, precisamente, traer a la Argentina y cobrarles impuestos a grandes capitales nacionales que decidieron esquivar al fisco local usando la plaza estadounidense. 

La foto que se vio en el acto del CCK es poderosa por varias razones: la primera es que algunos referentes del PRO y los libertarios se habían aliado para presionar contra el pacto apoyándose en una fundación estadounidense manejada por economistas y abogados liberales argentinos dedicados a proteger el manejo de dineros en el exterior. La segunda, que sumando empresarios nacionales a la postal del acuerdo no solo eclipsa ese lobby, sino que pone al poder económico del lado del Gobierno horas antes de que el acuerdo con Estados Unidos y el consecuente blanqueo de capitales se valide en el Congreso. En síntesis, busca quitarle a Juntos por el Cambio un aliado estratégico patra lobear contra normas de este estilo. 

En las sillas del CCK, junto a políticos y sindicalistas, se sentaron, entre otros, Nicolás Pino, titular de la Sociedad Rural (SRA), Gustavo Idigoras, de los agroexportadores de CIARA-CEC, Mario Grinman, de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Adelmo Gabbi, jefe de la Bolsa de Comercio; Claudio Cesario, de la Asociación de Bancos privados extranjeros ABA; Orlando Castellani, de ADIMRA; Alberto Sellaro, de la Cámara del Calzado; Antonio Paolini, de la Cámara de Plástico; Claudio Drescher, de la Cámara de Indumentaria; Juan Nápoli, del Banco de Valores; Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA; Federico Ovejero, de los fabricantes de autos de ADEFA, directivos de la Cámara empresaria estadounidense AMCHAM y Javier Bolzico, presidente de ADEBA, la entidad que reúne a los bancos privados de capital nacional.

Algunos de ellos, inclusive, armaron comunicados de apoyo muy concretos y marcando intereses particulares al acuerdo de Massa con Estados Unidos. La CAC resaltó que "propiciamos que la mayor base imponible que esta exteriorización implicará, redunde oportunamente en una reducción de la elevada presión tributaria que soporta la actividad formal, a fin de reconocer a los contribuyentes cumplidores". Mientras que el Grupo de los Seis (G6) aseguró que el pacto "fomenta la adopción de políticas de Estado que promuevan el orden fiscal, la equidad tributaria, la lucha contra la evasión fiscal y el logro de acuerdos entre países como forma de integración al mundo".

Algunos manifestaron no comprender "por qué estamos acá", pero son los mismos que saben que Massa está administrando tensiones y necesidades de divisas mirando cada gesto del sector privado y quieren evitar riesgos innecesarios. 

La Fundación del lobby

Estos apoyos contrastan con una movida muy curiosa que se dio días atrás. La 1841 Foundation, entidad que nuclea a abogados y gente que maneja capitales en el exterior, le mandó una carta a la titular del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, para pedirle que no banquen el acuerdo de blanqueo de cuentas. Raro por varias cosas: primero, porque el acuerdo es político y en parte tiene inicio en una intención estadounidense; segundo, porque a esa carta salieron a apoyarla el libertario José Luis Espert y Pablo Torello, dirigente del PRO

Ahora bien, ¿quiénes integran la Fundación 1841? La entidad la preside el argentino Martín Litwak, que estudió en la UBA y tiene un Master en Economía del CEMA. Hace unos meses, el ceo hizo un evento (el Tax Annual Summit) para hablar del tema en Buenos Aires, y contó con invitados como Ricardo López Murphy, la economista del PRO Diana Mondino y Maria Eugenia Talerico, es vice de la UIF durante el Gobierno de Macri. 

También figuran en el directorio otros dos argentinos. Pablo del Corral, ingeniero industrial recibido en la UCA y contacto en Buenos Aires, y un tuitero PRO famoso: la referencia es para Nicolás de la Plaza, ceo de ZBL, que les da apoyo e ingeniería económica a empresas. En la red del pajarito es conocido como "Ziberial" y hoy reside en España. Se hizo conocido por mensajes muy extremos en las redes sociales y teorías económicas en consonancia. 

Un dato extra, además hay directivos estadounidenses y una particular nómina de una Junta de Asesores: Alvaro Vargas Llosa, hijo del reconocido escritor de extrema derecha; Mariano Federici, ex titular de la UIF con Macri; e Iván Cachanosky, titular de la consultora Libertad y Progreso e hijo del histórico economista conservador de nombre Roberto.