Los ministros de Energía, Juan José Aranguren, y de Medio Ambiente, Sergio Bergman, defendieron ayer en audiencia pública el proyecto de construcción de las dos centrales hidroeléctricas sobre el río Santa Cruz, revisado y rediseñado en sus aspectos técnicos y ambientales. La obra debió haberse iniciado en el año 2015, pero sufrió diversas demoras en el tramo final del gobierno de Cristina Kirchner y posteriormente fue paralizado por decisión de las nuevas autoridades nacionales, al igual que gran parte de toda la obra pública. Tras el nuevo estudio de impacto ambiental encargado por el actual gobierno, ayer se concretó la audiencia pública ordenada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. La postura oficial, que impulsa la realización de las dos centrales bajo el nuevo diseño, fue respaldada ayer por autoridades provinciales, organizaciones sindicales y especialistas en energía, en tanto mantuvieron su cuestionamiento diversas entidades ambientalistas. Una vez finalizada la ronda de exposiciones y redactadas las conclusiones, será la Corte Suprema quien deba considerar el informe respectivo y habilitar la realización de las obras. Se estima que estás últimas podrían tener inicio antes de fin de año.   

Aranguren fue uno de los primeros expositores en la audiencia, que se desarrolló en dependencias del Senado de la Nación desde muy temprano. Destacó los resultados del nuevo estudio de impacto ambiental, realizado por la sociedad estatal EBISA, señalando que quedó demostrado que las obras no tendrán impacto en el Lago Argentino, del cual deriva el río Santa Cruz.

A su turno, el vicegobernador de Santa Cruz, Pablo González, defendió “la política de Estado en la provincia en materia de preservación ambiental, que no surge en diciembre de 2015”, en alusión al arranque desde cero que planteó Cambiemos ignorando la validez de los estudios anteriores. González recordó que “esta obra forma parte de un acuerdo estratégico con la República Popular China, y cuenta con un crédito internacional a una tasa de 6 por ciento anual y repago en 15 años”. “El de estas represas es un proyecto de larga data para producir energía, y viene a contribuir al desarrollo evitando el efecto de gases invernadero y a suplir importaciones de energía, cuya demanda se multiplicó en los últimos diez años”. Subrayó además que su realización generará seis mil puestos de trabajo directos, “muy importante en momentos en que esta quedando gente sin trabajo en el sector de hidrocarburos, por ejemplo”. 

Carlos Romero, dirigente de la UOCRA, coincidió en la importancia de la obra para la generación de empleo “en distintas especialidades; montaje, carpinteros, armadores, albañiles, soldadores, operadores de equipos viales, grúas, electricistas”. Aseguró que las obras “permitirán la adquisición de conocimientos y capacitación de la mano de obra”. 

También intervino en la audiencia el ex ministro de Planificación Federal y actual titular de la Comisión de Energía y Combustibles de la Cámara de Diputados, Julio De Vido, que consideró que la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic “ponen en valor el río Santa Cruz para el desarrollo energético de la Argentina y de la industria en la provincia”. De Vido defendió el diseño original del proyecto (con once turbinas en lugar de las ocho ahora definidas) y el cambio de jurisdicción de las dos usinas (de la provincia a la Nación). “Marcamos nuestra disidencia en este sentido, igual que con la decisión de  bajarle la potencia, pero no queremos obstruir sino impulsar el inicio de la construcción de este proyecto”, afirmó.

Desde 2015 se encuentra vigente un Contrato de Obra Pública para la ejecución de las obras, entre el Estado Nacional y la Unión Transitoria de Empresas (UTE), conformada por las empresas China Gezhouba - Electroingeniería - Hidrocuyo. Las obras demandan una inversión de 4.730 millones de dólares y cuentan con financiación de China Development Bank Corporation. Los aprovechamientos hidroeléctricos del río Santa Cruz consisten en la construcción de las dos presas y centrales en el tramo definido entre el Lago Argentino y un punto ubicado 135 kilómetros aguas arriba de la localidad de Comandante Luis Piedra Buena.