Acompañado por el vicegobernador y presidente del Senado, Antonio Marocco, y el presidente de la cámara de Diputados, Esteban Amat Lacroix, Gustavo Sáenz dio inicio al 125° período de sesiones de la Legislatura de Salta con un fuerte discurso atravesado por la campaña electoral.

Con un importante operativo policial fuera de la Legislatura para contener a quienes protestaban en contra del decreto 91/23 que habilita a las fuerzas de seguridad a despejar cualquier tipo de corte de calles y rutas, el gobernador utilizó un tono de campaña enardecido contra sus detractores y volviendo al “salteñismo” que lo caracterizó en estas ocasiones, despegándose de las dos grandes corrientes políticas nacionales para destacar que su convocatoria “es amplia”.

Culpenme a mí

Con el personalismo que lo caracterizó en toda su gestión, reforzó la idea y el valor que tiene para el electorado “dar la cara” y hacerse cargo de las dificultades y errores. Como lo hizo en plena pandemia, cuando quedó inmortalizado en cientos de memes, volvió a utilizar el “cúlpenme a mí” mientras se golpeaba el pecho, “yo tengo la culpa de que no haya agua, de la sequía, de la pandemia”.

“Siempre estamos dando la cara, enfrentando las realidades y diciéndole a la gente la verdad, mirándola a los ojos, contándoles cuáles son los problemas que tiene la provincia desde hace muchísimos años y cómo se pueden ir resolviendo con planificación, gestión y constancia”. “Podemos equivocarnos y revisar nuestras acciones, pero siempre con honestidad y en búsqueda de un bien mayor”, continuó.

Mientras, a sus opositores les reclamó acción, “es sencillo dar cátedra de cómo deben hacerse las cosas desde la comodidad de sus casas o detrás de una computadora”, sostuvo, pero “nunca lo vi a ninguno de los que criticaban llevar un bidón de agua”, agregó en otro pasaje.

El encono contra los diputados Emiliano Estrada y Carlos Zapata se hizo sentir, sobre todo con el primero, que llegó al Congreso en una alianza con el oficialismo provincial y ahora decidió enfrentarlo en las elecciones de mayo. Les reclamó puntualmente a los legisladores nacionales, “defender la patria chica” y los intereses de “todos los salteños”, y no los propios o partidarios. “Estamos esperando que alguna vez, ustedes diputados, levanten la mano para defender a la provincia”, exigió a viva voz.

Mientras resaltaba su gestión para incluir a una parte de la provincia como zona cálida y de esa manera obtener subsidios para el suministro eléctrico, aprovechó para fustigar a otro opositor, el senador nacional y referente del Partido de la Victoria Sergio Leavy, “los legisladores del departamento San Martín no fueron oportunistas y no gestionaron por sus departamentos”, expresó.

El tartagalense sí presentó un proyecto hace ya tiempo para que, además de incluir a Salta como zona fría en invierno, se tenga en cuenta los departamentos que sufren altas temperaturas en verano, como en definitiva sucedió.

Coparticipación

En coincidencia con el presidente Alberto Fernández, quien minutos más tarde hizo la misma acotación, Sáenz apuntó contra la falta de federalismo de la Argentina en el reparto de la coparticipación

Sin nombrarlo, señaló al precandidato a presidente por el PRO y jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y a quienes lo acompañan en las filas de Juntos por el Cambio: “piensan que la Argentina termina en la General Paz y son quienes tienen todos los servicios y los pagan más baratos que nosotros”, sostuvo. 

“Para algunos, hay argentinos de primera y de segunda categoría”, prosiguió un ofuscado gobernador, y añadió que “hay que alzar la voz y que se enteren de que acá no tenemos luz, no tenemos agua, no tenemos gas”.

La ancha avenida del medio

Inmediatamente volvió a mostrarse imparcial en la disputa nacional y como quien posibilita evitar “la grieta” en la provincia, al acentuar que siempre “es necesario mantener las relaciones cordiales que correspondan”, pero sin ser “delegado de ningún gobierno, sino el gobernador de todos los salteños”.

El mandatario también contestó a quienes lo tildan de oportunista en su carrera política destacando que no se cuelga “de la pollera ni del saco de nadie”, “solo busco la bendición de Dios y los salteños, y es lo que yo quiero, no quiero a ningún dirigente nacional, nunca lo quise, que venga a levantarme la mano y diga que soy el candidato de los salteños, quiero que los salteños me levanten en andas y digan que es Sáenz el gobernador de todos y cada uno de los salteños”, esgrimió efusivo.

Protocolo

En las calles, y bajo una fuerte custodia policial, miles de personas nucleadas en movimientos sociales y agrupaciones como la Corriente Clasista y Combativa, el Polo Obrero y el MST, reclamaban contra el decreto 91/23, que permite a la Policía provincial desalojar por la fuerza y sin orden judicial, cortes de ruta y avenidas, además de que la iniciativa también incluye un controvertido ítem con respecto al desempeño de la prensa en esas ocasiones.

A ellos, el mandatario les contestó que “se debe garantizar el derecho a la protesta sin que se vulnere el derecho a la libre circulación”, “no es demonizar el reclamo, es garantizar el derecho a circular, el que no debe negociarse”, exclamó.

Transformación histórica

Por más de 40 minutos el gobernador detalló una por una las obras realizadas, en ejecución o proyectadas a futuro en su “plan federal de gestión” que, según sus propias palabras, “está sentando las bases para la Salta del futuro con crecimiento, desarrollo y progreso”. Asimismo, aseguró que en tres años se triplicó la inversión en obras públicas.

Visiblemente compungido, eligió para cerrar su alocución la problemática de la desnutrición de niños y niñas en el norte de la provincia. Recordó emocionado que al asumir su gestión al frente del Ejecutivo “todos los días morían niños y niñas por desnutrición y deshidratación”, “es algo que se me grabó a fuego en el corazón y el alma”, describió.

“Hemos trabajado todos juntos codo a codo estos tres años para que esta realidad triste que nos golpeaba se termine”. “De nada hubiesen servido las rutas, los gasoductos, los acueductos, las plantas depuradoras, los hospitales, el aeropuerto, los centros de salud, las viviendas, si yo no hubiese podido cambiar la realidad de que hoy abramos los diarios y con emoción podamos decir, algo hemos hecho, hemos cambiado una realidad dolorosa con mucho esfuerzo”, concluyó.