Lo pensaba. Lo sugería. Y finalmente lo dijo. Horacio Rodríguez Larreta sostuvo que el modelo que propone Patricia Bullrich es el mismo que quiso implementar Mauricio Macri en su gobierno: "Ese modelo fracasó. No funcionó", lanzó Larreta. El jefe de Gobierno sostuvo que la lógica de no buscar acuerdos con otros sectores del peronismo llevó a un final anticipado la presidencia de Macri, que solo duró un mandato. Así le propinó un golpe a la dupla Macri-Bullrich. Esta última le contestó: "Es un ventajero total". En tanto, entre los aliados de Larreta discutieron a cielo abierto: su referente económico Hernán Lacunza dijo que no se puede levantar las restricciones al dólar rápidamente y el candidato a senador José Luis Espert lo cruzó. 

Larreta viene sosteniendo la línea acuerdista, pese a que perdió la discusión para sumar a Juan Schiaretti a la alianza de Juntos por el Cambio. El jefe de Gobierno sostiene que lo que Bullrich y Macri pueden lograr polarizando les puede alcanzar para ganar una elección, pero luego no les permitirá gobernar. Asegura hace tiempo que para sostener un gobierno a largo plazo hay que acordar con "el 70 por ciento" de los sectores políticos (básicamente, todos menos el kirchnerismo, sobre el que dice que va a operar para "terminarlo para siempre"). 

Macri: el contraejemplo

En una entrevista radial, Larreta volvió a explicar esto, pero fue más enfático en algo que piensa hace rato: que el gran error de Macri fue no abrir su gobierno a sectores del peronismo cuando se lo sugirieron Rogelio Frigerio y Emilio Monzó. En ese momento, triunfó la línea de Marcos Peña. Larreta dijo que tanto él como Bullrich piensan similar en qué hay que hacer, pero se diferencian en el cómo. “Y el cómo hace toda la diferencia, el cómo es la diferencia entre lograrlo y no", remarcó. "Patricia lo propone desde el mensaje fuerte. Así no funcionó, es la historia de la Argentina. Llevamos 100 años de antinomias, peleas; gente que no piensa como yo es el enemigo, que hay que matarlo, que el adversario político todo lo que diga está mal, que el Gobierno tiene que empezar de cero. Ese modelo fracasó, mirá como estamos hoy, siguiendo ese modelo”, insistió.

Y fue más allá: “Eso es lo que intentó Mauricio Macri, yo propongo algo diferente. Que construyamos una nueva mayoría sólida y firme para impulsar algo en la Argentina que tenga gobernabilidad, pero para que el cambio se mantenga en el tiempo. El cambio vale si le cambia la vida a la gente y se mantiene en el tiempo, sino es un ida y vuelta más de este péndulo. La diferencia es clara: el único camino posible es construir una nueva mayoría sólida, que no es unanimidad”.

Ya lo había dicho en el acto que compartió con Gerardo Morales: el gobierno de Macri iba por el rumbo correcto, pero le faltaron acuerdos políticos y permitió que volviera el peronismo. "Volvieron", asustó Larreta. Pecado mortal. 

Bullrich no esperó un minuto para salir al cruce: "Me parece de una enorme bajeza moral, oportunismo y falta de ética que Larreta, que se jacta de haber trabajado 20 años con Macri, haga cualquier cosa con tal de conseguir un voto", le tiró. "Hay límites en una campaña, es un ventajero total, no puede decir algo así de quien fue su jefe político durante tanto tiempo. Me parece muy deleznable. Es todo muy oportunista lo que dice", bramó Bullrich, que hace tiempo que esperaba que Larreta se subiera al ring para empezar a repartir uppercuts.

Luego se sumó su candidato a vice, Luis Petri. "Es decepcionante escuchar a Larreta criticar mas a Patricia y a Macri que a los verdaderos responsables del desastre del país, que son el Kirchnerismo y Massa. No vale todo, no somos lo mismo, no se construyen mayorías con los que desprecian los valores republicanos y alientan el populismo decadente en la Argentina, se los enfrenta, con coraje y valentía", escribió en Twitter. 

Peleas entre aliados

En la línea que plantea, Larreta buscó construir un marco de aliados más amplio que Bullrich. Tiene desde sectores del PRO que antes estaban con Macri, pasando por la UCR, Elisa Carrió y sectores más cercanos a Javier Milei. Esta lógica catch-all tiene sus problemas: uno surge cuando quieren definir cómo va a ser el gobierno y cuál la política económica, por ejemplo, hacia el dólar.

Sucedió, en este caso, cuando el exministro de Economía Hernán Lacunza —principal referente económico de Larreta—, sostuvo que “no se puede levantar el cepo completo en un día”. "Me gustaría, pero sería un caos. Es una anomalía, un torniquete que solo es tolerable durante la hemorragia. Una anormalidad, pero primero hay que dejar de gastar lo que no se tiene y luego levantar el cepo", afirmó.

El que le salió al cruce es uno de los nuevos aliados de Larreta (y candidato a senador por su lista), el liberal José Luis Espert: “Todos los economistas más o menos civilizados estamos de acuerdo en que hay que eliminar el cepo”, le tiró a quemarropa.

“Tenemos opiniones diferentes”, dijo Espert sobre Lacunza. “Acá hay que apuntar a eliminar el cepo totalmente, solo si se suman un discurso del presidente por cadena nacional, comprometiéndose a dejar de emitir para financiar el Estado. Y la segunda cosa que hay que anunciar en simultáneo es que el gasto público, durante el tiempo que se necesite hasta eliminar el déficit fiscal, se va a congelar”, afirmó Espert.

Larreta los contiene a ambos en su espacio. La pregunta es: ¿a cuál de los dos hay que creerle?

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