"No puedo encontrarle otra razón a lo que sucede que no sea política porque lo que yo tenía que hacer como responsable máxima de mi nivel lo hice", dijo a Página 12 María Delia Fernández Cravero, la directora del nivel medio del Lengüitas que fue desplazada por el Ministerio de Educación porteño en el marco de un sumario abierto por presuntas irregularidades en el seguimiento de un alumno que intentó suicidarse. La mujer sostiene que cumplió con lo requerido y atribuye el desplazamiento a un intento de "disciplinar" a las escuelas tras el proceso de tomas del año pasado en el que, asegura, buscó "garantizar mecanismos democráticos para que los chicos y las familias tuvieran lugar para expresarse", pese a no estar de acuerdo con la metodología.   

El caso en cuestión se remonta a fines de noviembre del año pasado, cuando un alumno de primer año del nivel medio de la Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas Sofía E. Broquen de Spangenberg, nivel al que asisten alrededor de quinientos estudiantes, fue hallado en las cercanías de las vías del Belgrano Norte con un disparo en la cabeza tras pasar un día desaparecido. El chico finalmente sobrevivió y los investigadores de la Fiscalía N°15 encontraron indicios de que se trató de un intento de suicidio. Tras eso el Ministerio abrió un sumario administrativo para investigar la actuación de las autoridades del nivel en el seguimiento del chico y la semana pasada, tres días antes del inicio del receso invernal, la cartera notificó la "reubicación" de Fernández Cravero en el Normal N°1.

Lo que informaron fuentes del Ministerio es que la decisión se tomó porque la directora no activó el "protocolo de vulneración de derechos", porque "no respetó la vía jerárquica y no cumplió con la normativa", y porque "la supervisión dice que se omitieron las alertas de vulnerabilidad, no se dio intervención al Equipo de Orientación Escolar (EOE) y se desconocieron los dispositivos que se habían implementado en el nivel primario". Fernández Cravero eligió mantener el silencio durante los días posteriores a la notificación, pero tras el apoyo de la cooperadora, el cuerpo docente y el centro de estudiantes, que reclamaron su reincorporación en el cargo, decidió hablar con Página 12 para contar su versión de los hechos. 

"El Ministerio se enteró de que él estaba desaparecido a través mío, es mentira que no di aviso. Y en el momento en que él desapareció ya estaba acompañado por la psicopedagoga porque era un alumno con ocho materias bajas y más de veinte faltas, hasta se había citado a la madre por ese motivo. Cuando en diciembre inician la apertura del sumario yo hice un descargo formal contando todo lo que la escuela había hecho y la supervisión lo refrendó en un informe. Recién tres días antes de las vacaciones piden mi desplazamiento, cuando había pasado seis meses más en el cargo", comenzó a contar la docente que llegó a la dirección a fines de 2019. 

Fernández Cravero también se refirió a un aspecto central en el sumario: una hoja con garabatos y anotaciones presuntamente suicidas escritas por el alumno. Según sostiene, ella recién supo de la existencia de ese papel luego del intento de suicidio. "La profesora de matemática le encuentra ese papel en septiembre, se lo da al tutor y él llama a la psicopedagoga. Yo, como autoridad, recién me entero de esto el lunes posterior al hecho, cuando me junto con la psicopedagoga, con mi supervisora y con el asesor pedagógico para hacer un informe sobre la situación. En ese momento la psicopedagoga nos cuenta sobre el papel y yo le hago un apercibimiento estatutario por el incumplimiento de su función", cuenta. "Yo tendría que haber llamado al EOE y hacer la derivación que corresponde si lo hubiera sabido en septiembre, pero eso no sucedió", agregó. 

La mujer hizo hincapié en contextualizar el momento en que se inició la investigación, después de que finalizara el proceso de tomas que se extendió en varios colegios porteños y que tuvo al Lengüitas como uno de sus referentes. En este sentido, calificó a la escuela como una "vidriera de conflictos", ya que este año también se sumaron las protestas en la ola de calor y por la presencia de alacranes en el establecimiento. "Mi conclusión es que están viendo quién tiene la mano más dura en la Ciudad para disciplinar a las escuelas. En ese momento veníamos de que la escuela fuera escenario político por la toma y no puedo encontrarle otra razón a lo que sucede con este caso que no sea política, porque lo que yo tenía que hacer como responsable máxima de mi nivel lo hice", afirmó. 

Sobre la toma del año pasado, Fernández Cravero aseguró que ella no estuvo de acuerdo con esa metodología y que se lo transmitió tanto a los estudiantes como a sus familias. Sin embargo, afirmó, "busqué garantizar mecanismos democráticos para que los chicos y las familias tuvieran lugar para expresar su voz sabiendo que la decisión de tomar la escuela era de ellos. Pero no salí a perseguir chicos ni a anular los lugares de discusión". Página 12 preguntó a fuentes de la cartera a cargo de Soledad Acuña sobre la acusación de que el desplazamiento tiene un trasfondo político, pero no obtuvo respuestas.  

El jueves pasado, luego que conocer la noticia, el centro de estudiantes, el cuerpo docente y la cooperadora del nivel realizaron un ruidazo a las puertas del Lengüitas para brindar su apoyo a Maridé, como se conoce a la directora en la comunidad educativa. Los y las docentes, en tanto, discutieron el tema en asamblea y luego emitieron un documento en el que calificaron la medida del Ministerio como "arbitraria, desmedida e infundada" y pidieron la reincorporación de su compañera. 

El centro de estudiantes, por su parte, también sostuvo que la medida es un acto de "disciplinamiento político hacia nuestra directora". Nancy Vega, presidenta de la cooperadora, dijo a este diario que "Maridé logró entablar un vínculo con los alumnos  y eso lleva tiempo y mucho trabajo. Hoy nuestros hijos se sienten angustiados con esta situación. El lugar de Maridé es el Lengüitas y pedimos su reincorporación al finalizar el receso invernal".