Cuando se le pregunta sobre el presente del cine argentino, Leonardo Sbaraglia dice que “el cine argentino viene recogiendo una acumulación histórica, cultural y de apoyo de parte del Estado muy importante”. Pero el actor brinda la experiencia que le tocó vivir en dos películas que participó y que se estrenaron este año: Nieve negra, de Martín Hodara, y El otro hermano, de Israel Adrián Caetano. “Me dolió muchísimo en lo personal lo que pasó con la película de Caetano, que sufrió desde el mercado el ahogo de condiciones de la exhibición que se tienen que replantear”, afirma Sbaraglia. “Fue la película argentina que mejores críticas tuvo en los últimos años, que a todo el mundo le gustaba, era una película de Caetano y con actores conocidos: tenía todas las condiciones para tener un peso específico dentro del cine nacional del 2017 y no lo tuvo”, se molesta Sbaraglia. El actor entiende que “es como si el cine argentino empezase cada vez más a dividirse en películas que van hacia un gran público y en otras que tienen la suerte de llegar a cinco mil espectadores, diez mil o a lo sumo 40 mil espectadores”. Sbaraglia, en cambio, se alegró que Nieve Negra “haya sido un éxito”, pero “son muchas las condiciones de exhibición” que separan a Nieve negra de El otro hermano. “Y estamos hablando de películas que deberían estar mucho más cerca, deberían competir de igual a igual o, al menos, en condiciones un poco más cerca, que no haya una brecha tan grande. Evidentemente, hay algo de parte de lo que es la protección del cine nacional o al menos de cierto tipo de películas que culturalmente está fallando. El gran público no accede a esas películas”.