“Como personas religiosas y seguramente a muchas personas no creyentes de buena voluntad, nos preocupa la falta alarmante de diálogo entre las diferentes corrientes políticas y de éstas con la sociedad, como las PASO han puesto de manifiesto. No hay país posible sin diálogo”, se puede leer en una declaración conjunta firmada por autoridades religiosas de diferentes credos y denominaciones en oportunidad del proceso electoral que está viviendo el país. “La agenda política debe comenzar por la escucha atenta de la realidad”, se señala en otra parte del texto en el que también se afirma que “necesitamos imperiosamente del diálogo para la amistad social que haga del encuentro una cultura”.

Recordando palabras del papa Francisco en Fratelli Tutti la dirigencia religiosa advierte que “un país crece cuando sus diversas riquezas culturales dialogan de manera constructiva: la cultura popular, la universitaria, la juvenil, la artística, la tecnológica, la cultura económica, la cultura de la familia y de los medios de comunicación”.

La declaración conjunta “por un diálogo responsable y comprometido” lleva la firma de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal católica, de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (ACIERA), de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), del Seminario Rabínico Latinoamericano y del Centro Islámico (CIRA). Se suman la Iglesia Ortodoxa del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, la Iglesia Siriana Ortodoxa de Antioquía, la Iglesia Apostólica Armenia, el Consejo de Pastores de la Ciudad de Buenos Aires, el Instituto de Diálogo interreligioso (IDI) y el Comité interreligioso por la paz de la Provincia de Córdoba (COMIPAZ).

Los responsables de las instituciones religiosas afirman que “en un momento crucial para nuestro país, reafirmamos nuestro respeto por el voto ciudadano porque es una expresión fuerte de la voluntad popular”. Agregan que “en este sentido, el voto no es solo un acto de elección. También puede ser un llamado de atención: ‘no nos tengan en cuenta solo para la elección, escúchennos en las necesidades concretas que hacen a una vida digna, una vida que pueda llamarse verdaderamente humana’”.

Se subraya que “un resultado electoral es un mensaje profundo que nos convoca a la reflexión y nos compromete con el bien de nuestro pueblo” porque “no hay país posible sin diálogo” y “tampoco hay diálogo con insultos, gritos y descalificaciones del que piensa distinto”.

Las autoridades religiosas de todo el país expresan su deseo de que “ninguna forma de violencia oscurezca la esperanza del diálogo” y hace “un firme llamado a toda la dirigencia política, independientemente de sus afinidades partidarias, para que asuman la responsabilidad de presentar propuestas concretas y sustantivas, abiertas a un debate profundo e inteligente y a una colaboración comprometida para afrontar los desafíos del presente, dejando de lado las estrategias que buscan el conflicto y el enfrentamiento estéril”.

Al mismo tiempo, “en un momento en el que las tensiones pueden amenazar nuestra cohesión como sociedad” se comprometen a “fomentar un diálogo responsable y comprometido, basado en el respeto, la sinceridad y la búsqueda constante de soluciones con la voluntad de escuchar y encontrar puntos de convergencia”.

Sostienen a su vez que “existen principios innegociables que sustentan nuestra sociedad y que no pueden ser soslayados: el cuidado de la vida, la preservación de nuestra casa común y la opción preferencial por los más necesitados y desfavorecidos”. Solicitan también “a la política” que promueva “la libertad en todas sus dimensiones y al mismo tiempo sea una herramienta responsable al servicio de la justicia social” porque “no hay verdadera libertad sin fraternidad”.

Finalmente los líderes y liderezas religiosos reafirman “nuestro respeto absoluto por la Constitución Nacional como el marco que guía nuestras acciones y decisiones” y sostienen que “fieles a nuestras distintas tradiciones y denominaciones religiosas, queremos ser una patria de hermanos”.

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