Pocas horas después de la multitudinaria movilización en reclamo de la aparición de Santiago Maldonado, un pequeño grupo de personas comenzó a generar disturbios y destrozos en los alrededores de Plaza de Mayo. Cerca de las 22, con el acto central finalizado y la desconcentración que casi había terminado de manera pacífica, efectivos de infantería y agentes de civil de la Policía de la Ciudad comenzaron a desalojar la zona. Avanzaron con balas de goma sobre los manifestantes y produjeron más de una decena de detenidos que habrían sido trasladados a la comisaría número 2. Los incidentes comenzaron en Rivadavia y Reconquista cuando un grupo reducido de jóvenes –que según dirigentes opositores están asociados al accionar de servicios de inteligencia– intentaron derribar las vallas que rodean la Casa Rosada, encendieron fogatas y arrojaron piedras.