Los nombres que eligió Milei para la cartera de Agricultura de la próxima gestión nacional fueron calificados de “oportunistas” por representantes de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), una de las organizaciones que integran la Mesa de Enlace.  “Incumplidores” y “con pasado oscuro”, fueron los adjetivos utilizados. Esos dichos apuntan puntualmente a Germán Paats, y advierten sobre los presuntos incumplimientos como comprador de ganado de la provincia de Buenos Aires de un posible funcionario. 

La CRA emitió un duro comunicado este martes a través de su cuenta de X cuestionando los inminentes nombramientos de funcionarios para el área por parte del Presidente electo. Buenos Aires/12 indagó sobre los motivos y los personajes involucrados, que la entidad evitó, por ahora, mencionar. Las otras entidades no se pronunciaron oficialmente al respecto, pero algunos de sus integrantes coinciden a título personal.

En tono críptico, el tuit tiene tres líneas de texto, a modo de titulo: “El compromiso ético de elegir a los mejores. Resulta sencillo saber quién es quién, a la hora de elegir futuros funcionarios públicos, en el campo, decimos que somos pocos y nos conocemos mucho".

Luego reproduce el comunicado que, entre otras cosas, afirma que “es intolerable que los incumplidores, los sin palabra, los que desaparecen, se esconden o se mudan, se reciclen en la función pública". "El campo detesta a estos oportunistas que pretenden mimetizarse en un nuevo gobierno”, sentencia. 

El remate del texto es, a modo de reclamo al gobierno que aún no comenzó, “funcionarios probos para una nueva Argentina productiva”.

Modus operandi

Buena parte de los negocios, en el campo, todavía hoy, se hacen con dinero físico, especialmente los de hacienda. Los camiones jaula se acercan a la manga, cargan, el comprador paga y se va. La confianza personal, del productor al consignatario o comisionista, es la base de ese sistema. Por lo general funciona, pero hay excepciones.

El modus operandi es sencillo. Un comprador empieza a operar en una zona determinada. En este caso, desde el centro hacia el este de la provincia, donde la actividad sojera aún no sustituyó del todo a la ganadera. El interesado paga en la culata del camión durante un tiempo, para entrar al círculo. Al cabo de un tiempo, pasa a dar la mano y “te pago mañana”. Cumple. De a poco va estirando los plazos. Una semana, dos.

Hasta que, en un periodo particularmente corto de tiempo, hace compras más grandes que las habituales, entrega cheques voladores o directamente desaparece. Empieza de nuevo, porque vive de eso, en otra zona, lo más alejada posible, para no cruzarse con sus víctimas recientes.

Uno de los señalados por distintas fuentes por realizar este tipo de práctias, en distintas localidades de la cuenca del río Salado, que van de Tapalqué a Cañuelas, San Miguel del Monte y Las Flores y de Magdalena a Brandsen, Dolores y Chascomús, es Germán Paats, designado por Milei para la subsecretaría de Agricultura.

“No saben de campo, pero tampoco preguntan ni chequean. O no les importa, no sé qué es peor”, dijo a Buenos Aires/12 una encumbrada fuente del sector, que pidió estricta reserva. Paats preside la fundación Berbechando, integra del directorio de Aapresid y militó para Patricia Bullrich.

El de Paats es el nombramiento más resistido, pero no el único. Tampoco caen bien el posible secretario de “Bioeconomía” (nuevo nombre con el que designarán a la secretaría de Agricultura), Fernando Vilella ni el titular del SENASA, Jorge Bulman. Sobre este último, pesan desconfianzas personales de los ruralistas.

Vilella es un académico, que recientemente intentó sin suerte hacerse del rectorado de la UBA. Sus preocuapciones ambientalistas chocarán con el discurso del presidente, que niega el cambio climático. "Vilella no es productor agropecuario, Pedro Vigneau, uno de los funcionarios que lo acompañará, tampoco. Tiene campo, pero arrendado", sintetiza un conocedor del sector. Vigneau vivió siempre en San Isidro, es directivo de Aapresid y se integró al gabinete de Etchevehere, cuando le faltaban unos pocos meses para finalizar su mandato.

Conflicto de fondo

El voto rural de todo el país se volcó en noviembre masivamente a Milei, de la misma manera que lo había hecho antes con Bullrich, su primera opción. Aunque serían los principales, sino los únicos, beneficiados por la devaluación, desde la victoria del libertario, aguardan medidas y anuncios sectoriales, que aún no ocurrieron y, todo indica, tampoco ocurrirán. Por ese motivo, empieza a extenderse el desánimo en el sector. Esta vez, en tiempo record.

El sector financiero, que parece haber copado el área económica, de la mano de Luis Caputo, suele ser reacio a la baja de los derechos de exportación, vulgarmente llamados “retenciones”. Sus bajas o quitas reducen sensiblemente la capacidad recaudatoria del Estado nacional y, con ella, las chances de cobro de los acreedores.

En un contexto especialmente complejo, cualquier reducción de recaudación por exportaciones primarias sería el acta de defunción de las esperanzas de Caputo y Milei de conseguir una nueva vuelta de deuda externa.

Con este conflicto de fondo, es difícil imaginar que algún nombramiento pueda conformar a los integrantes de la Mesa de Enlace. Tan difícil como conseguir ayuda económica del nuevo gobierno si se prolonga la actual sequía, menos pronunciada que la anterior, pero preocupante por el contexto.