Son más de 1600 usuarios de las islas del Delta del Tigre que todavía están sin luz desde el último temporal del 17 de diciembre que afectó a todo el país y dejó un saldo de 17 muertos en Bahía Blanca. La sudestada provocó la caída de los cables de tensión en el río y dejó incomunicados a los vecinos que habitan las islas, generando un ambiente de incertidumbre y peligro que mantiene a los locales en alerta desde hace casi un mes. Pero la mayor tragedia se desató el sábado pasado cuando un trabajador de Edenor murió electrocutado en medio del río, mientras realizaba arreglos en la zona.

“El día de la tormenta se cayó el 90 por ciento del tendido eléctrico. Se cayeron postes, transformadores y las líneas de media tensión que cruzaban los ríos, que en varios lugares terminaron en el medio del río”, denunció Lucila Rosales, vecina de Tigre. Desde que se conocieron las consecuencias que dejó el feroz temporal, los vecinos de las islas denuncian “la lentitud y falta de voluntad de la empresa Edenor para solucionar cuanto antes una situación hace rato inaceptable, y la inacción de los municipios de Tigre y San Fernando, así como del gobierno provincial”.

La situación se agravó cuando Rubén Haíta, vecino isleño de la Segunda Sección y trabajador de la empresa Rowing, una de las firmas contratada por Edenor para tercerizar el servicio de arreglo en la zona, murió electrocutado mientras realizaba reparaciones en Caraguatá. También su compañero de cuadrilla, Natanael Manke, sufrió heridas graves por quemaduras eléctricas.

El temporal sobre el Delta

“En nueve años de vivir acá, nos hemos acostumbrado a que ante el primer viento o lluvia de mediana intensidad, no es raro que haya un corte de luz. En general se ha reparado en el día, pero a medida que te alejás del continente, los cortes de luz suelen ser más seguidos y es habitual que pasen varios días sin que se restablezca”, dijo el escritor Juan Bautista Duizeide, vecino de Tigre.

El fenómeno climático extremo afectó a todo el Área Metropolitana de Buenos Aires pero, según Edenor, entre toda la zona de concesión de la empresa, el área del Delta fue la más afectada: “El inédito y severo temporal de viento y lluvia que afectó a todo el área de concesión de Edenor, con especial foco en el Delta, provocó daños de una magnitud jamás vista”, advirtió la empresa en un comunicado de prensa el 31 de diciembre. Agregaron que un gran daño lo causó la sudestada, “cuya característica sobresaliente fueron las ráfagas de viento, que en algunos casos superaron los 120 km/h. Hubo 299 postes de luz caídos; 501 árboles derribados sobre la red de Media Tensión; y 90 líneas aréas de media tensión cortadas”.

“Las primeras 48 horas nos dejaron totalmente incomunicados”, contó Rosales. En la zona de las islas, las antenas de las líneas telefónicas de Movistar, Claro y Personal están distribuidas por el Delta, pero funcionan gracias a la luz de Edenor; es decir que cuando Edenor corta la luz, las líneas no funcionan. “Generalmente cuando hay un corte nos quedan las repetidoras de wifi con las cuales podemos llegar a comunicarnos, pero estas llegan de Tigre, y después del temporal tampoco había luz ahí, por lo tanto no había manera. Estábamos incomunicados al nivel de no poder llamar una ambulancia, y hasta las mismas salitas de atención médica quedaron incomunicadas en un terreno en el cual no te podes desplazar caminando a ningún lado”, detalló.

Como no hay servicio de gas, las casas de las islas funcionan a luz. “Estamos hablando de higiene básica, no de grandes lujos. Usamos la luz para bañarnos, tirar la cadena, lavar los platos”, dijo Rosales, y agregó: “Acá viven familias muy humildes, familias de buenos ingresos y tenés familias que vienen por el fin de semana. El que tiene la posibilidad de tener un generador, que no son muchos, hoy está gastando veinte litros diarios de combustible para mantenerlo prendido; son cerca de cuarenta mil pesos diarios”. La oriunda del Delta advirtió también la pérdida en el almacenamiento de comida y medicamentos con los que cuentan en las casas y lo mismo para los dueños que alquilan a turistas en temporada, que sufren la baja del ingreso en la primera quincena de enero, la más importante.

A las condiciones se le sumaron dos crecidas que tuvieron fecha en los días siguientes al temporal, lo que provocó que gran parte de la zona quede inundada y se imposibilite el acceso.

Hace varios años se conformó el Control Ciudadano Delta (CCD), una organización integrada por vecinos que trabajan ad honorem, para “ejercer un real control ciudadano, auditando las funciones de todos los actores responsables de otorgar un servicio de energía eléctrica óptimo” en la 1° sección del Delta de Tigre y la 2° y 3° sección del Delta de San Fernando. La organización recolectó los números de reclamos y las distintas situaciones de la isla y les acercó a la empresa Edenor los informes y actualizaciones.

“A partir de la extensión en el tiempo de los cortes de luz nos, fuimos reuniendo en asamblea; y hasta el día de hoy se han realizado cuatro -contó Duizeide-. En ellas se comparte información, el Delta es muy extenso, y no toda la gente tiene embarcación propia como para acercarse; además la gente está incomunicada por el corte, y luego se discuten las medidas a adoptar”.

El trabajador fallecido

“Se trabaja con helicópteros, barcos, lanchas y cientos de operarios para brindar respuesta a los habitantes de la zona del Delta. Se estima que, de no mediar inconvenientes, en los próximos días será restituido el servicio a la totalidad de los clientes de las Islas”, dijo Edenor en el comunicado del 31 de diciembre.

Las cuadrillas de Edenor que trabajan en Tigre se vieron superadas ante la magnitud del problema. Eran 10 cuadrillas para el 90% de los habitantes, un trabajo imposible”, dijo Rosales.

Haita falleció en el Arroyo Caraguatá mientras hacían una limpieza de monte para liberar los cables que habían quedado atrapados. Rosales contó que “la cuadrilla cortó la luz y se puso a trabajar en la zona. En un momento, una rama tiró a los dos operarios arriba del tendido eléctrico y cuando cayeron al río se electrocutaron, porque, al no tener comunicación por la falla en las antenas y la empresa no proveerles de otro método, otra cuadrilla había vuelto a dar luz a la zona; y así es como uno de los operarios murió y el otro quedó gravemente herido”.

“El Delta está de luto”, difundió la comunidad isleña en reclamo del esclarecimiento. “La primera de las medidas discutidas y adoptada por la asamblea fue solidarizarse con las familias de Rubén Haita y Natanael Manke”, expresaron desde la asamblea vecinal.

Manifestaciones

“Se ha ido a la municipalidad con malos o nulos resultados, se ha hecho una caravana náutica por los ríos Luján y Tigre, de la que participaron unas cuarenta embarcaciones y la semana que viene movilizaremos a Luján”, contó Duizeide. Las movilizaciones convocaron alrededor de 300 vecinos, que llegaron en botes y lanchas y se instalaron sobre el río Tigre en demanda del restablecimiento del suministro eléctrico con carteles con consignas como "Necesidad y urgencia", "Queremos luz YA" y "Sin luz no hay trabajo".

“Respecto a la expectativa para enero, las prospecciones climáticas señalan incidencia de tormentas fuertes, con lo cual esperamos que haya nuevos cortes. Podría complejizarse muchísimo la situación si no se emprenden trabajos bien hechos y no soluciones momentáneas”, alertó el isleño.

Frente a esta situación, la asamblea se movilizará el martes 16 de enero a Edenor en San Fernando con una concentración a las 11  am en la estación San Fernando del ferrocarril Mitre. En la convocatoria de la movilización los vecinos reclamaron: “Las soluciones transitorias y de mala calidad técnica multiplican los peligros y agravarán la situación ante nuevas tormentas. La asamblea exige que el estado municipal y provincial obliguen a la empresa Edenor a cumplir aquello para lo cual está obligada por contrato y que en caso de que no se realice en tiempo y forma, se le quite la concesión. Además exigimos adoptar las medidas legales correspondientes por el mal mantenimiento de las líneas, la desinversión crónica y la desaprensión relativa a las cuestiones de seguridad que ya tuvo resultados fatales”.

Informe: Lucía Bernstein Alfonsín